Por Margarita Cervio

Historias de General Pico: Hoy recordamos la primera fiesta del Árbol

Historias de General Pico: Hoy recordamos la primera fiesta del Árbol
5 Septiembre, 2021 a las 11:30 hs.

Cada 29 de agosto se celebra en Argentina el Día del árbol, fecha establecida en 1900 desde el Consejo Nacional de Educación, con el objetivo de concientizar sobre la necesidad de proteger las superficies arboladas y plantar árboles.

La primera fiesta del árbol en General Pico se realizó el 11 de septiembre de 1913, ya que se debió postergar la celebración por las grandes lluvias caídas el día señalado por la Sociedad Forestal Argentina para festejar en todo el país la fiesta nacional del árbol.

El álbum grafico de General Pico dice: “desde las primeras horas de la mañana la banda de música recorrió las principales calles comunicando entusiasmo con sus marchas y sus dianas; las banderas y gallardetes flameaban en todas partes, las bombas atronaban el espacio y la animación cundía en las calles, en los hogares y en las escuelas, a medida que se acercaba la hora de la fiesta. Antes de las dos de la tarde, seiscientos niños de las escuelas ocupaban sus posiciones señaladas de antemano; la comisión de fiestas, las autoridades y el pueblo se organizaban frente a la Municipalidad…”.

Debemos recordar que la Municipalidad no siempre estuvo en el lugar que actualmente conocemos, frente a la plaza San Martín. En 1913 se encontraba en una local alquilado a don Juan La Gioiosa, situado en calle 15 N° 959 al 955 (entrada de la actual Galería Pico).  El 23 de Abril de 1912, se firma el contrato de locación.  Allí permanece la municipalidad y el Juzgado de Paz hasta el 30 de noviembre de 1917.

A  partir del 1 de Diciembre de 1917, la municipalidad y el Juzgado de Paz se trasladan al edificio de la calle 18 N° 735 (hoy Restaurante 737), propiedad de Luis Della Savia, allí estuvo hasta el año 1924.  La construcción del actual edificio municipal se inició en el año 1921, el contrato de firmó el 30 de noviembre de 1920.  La construcción la inicio José Petrelli, se rescindió el contrato por problemas en los pagos y siguió la construcción Rafael Garzarelli.

Pero volvamos a la fiesta del árbol. Luego de encontrarse frente a la municipalidad la comuna con la banda de música a la cabeza se ponía en marcha, deteniéndose frente a la escuela de varones  quienes se sumaron a la formación, luego pasaron por las niñas en la Escuela 26 y se desarrolla allí la primera parte del programa.

“Después de cantar el Himno al árbol por todos los niños y de interesantes números desempeñado por un grupo de niñas de la Escuela 26, se dio comienzo con entusiasmo indescriptible a la plantación de 230 arboles…”

Al terminar el programa  alumnos y concurrentes se organizaron en columna y al primer compás de una marcha ejecutada por la banda, se puso en movimiento  en dirección a la plaza pública.

Una vez en la plaza pública, subió a la tribuna el doctor Abdón Pereyra y pronunció un meditado discurso en el que mencionó a Rivadavia, Sarmiento, Alberdi, Adolfo Alsina y Mitre y se les daría en el acto esos nombres a cinco árboles.

 Terminado el programa total de la fiesta  “Dos mil personas y seiscientos alumnos se dirigieron al bar Centenario, de los señores Moiso y Cía, donde a los niños se les obsequió con chocolate y masas.  El local resultó insuficiente, y pocas familias pudieron presenciar la hermosa reunión de los escolares.”

Me hubiera encantado participar de tan hermosa fiesta, y de largo vestido y sombrero plantar alguno de esos árboles, ¿ no sé a ustedes?.

A modo de cierre transcribo parte del discurso pronunciado por el primer intendente de la Ciudad el Sr. P. Alfredo Bó,  tan histórico como actual.

“Desde  tiempos inmemorables se le ha rendido culto al árbol y ha ejercido en los tiempos de la edad media su  influencia sobre el espíritu humano, atribuyéndose al árbol ciertas y determinadas virtudes, adorándosele  como a un dios; al árbol consultabas para resolver los momentos difíciles de la vida.

Pues bien: no quiero retrotraer a esos tiempos, pero sí, la experiencia  nos ha demostrado que el árbol es, en parte, el que nos da vida…”

“La flora argentina, si bien muy rica por sus grandes bosque naturales, ha sido completamente descuidada llegando hasta el punto de peligrar su desaparición por completo.

Sin ir más lejos tenemos nosotros en nuestras dilatadas llanuras pampeanas, el caldén, que se le está derribando sin miramiento alguno.

El caldén constituía uno de los más grandes atractivos del forastero, que por vez primera cruzare nuestra pampa; pero una vez que haya desaparecido por completo nuestro árbol  primitivo, ¡Qué será de nosotros, si no tratamos de fomentar las demás plantaciones! … será esto entontes sí, la verdadera Pampa desolada.

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