A veces la naturaleza nos sorprende con eventos inesperados como las copiosas nevadas ocurridas en los últimos días en distintas localidades del país.
General Pico, en al menos seis oportunidades vivió esta experiencia, algunas veces con alegría y sorpresa, otras con angustia ante las consecuencias de tamaño evento.
En el libro del 75 aniversario de General Pico, su autor Armando Forteza relata:
“De las escasas ocasiones en que la nieve blanqueó calles, veredas y plantas en Pico, se recuerdan en especial tres, que tuvieron lugar en los años 1920, 1923 y 1927”.
De esas nevadas, la de mayor intensidad fue la de 1923, acaecida entre el 22 y 23 de agosto, su espesor alcanzaba de 20 a 25 centímetros.
Y recuerda que …
”Como esa nieve acumulada tardó en derretirse, y los campos carecían en general de cortinas arbóreas que pudieran ofrecer reparo a los animales, éstos, entumecidos por el helado viento y sin poder alimentarse, quedaban inmóviles junto a los alambrados, hasta que comenzaban a caer para no levantarse más.
En la ciudad las consecuencias no fueron pocas, ya que la nieve también se acumuló en las casas, amenazando hundir los techos”.
Registros fotográficos de estos eventos en la colección Filippini
Hay hermosos registros fotográficos de estos eventos en la colección Filippini y también del que sucedió el 27 de Julio de 1958. Muñecos de nieve, improvisados trineos y la felicidad de los piquenses disfrutando las nevadas, han quedado plasmados en fotos de familias y de compañeros de trabajo, como es el caso del personal de control de trenes del ferrocarril, posando en el andén de la estación. Entre ellos se encontraban Armando Pipia, Camilo Amigone, Oscar Martín Medina y muchos más.
Fuimos muy pocos los que vimos la nevada del 21 de julio de 2013, porque fue no fue copiosa, un domingo entre las 7 y 8 de la mañana. Con mi compañero de trabajo Damián Sappa y con Gabriela y Marcela Campagno la recordamos muy bien porque nos encontrábamos en la Reserva Natural Urbana Delfín Pérez realizando un censo de aves con un frío intenso. En pocos minutos la nieve desapareció, pero nos dio una gran sorpresa y alegría.
El 19 de agosto de 2019 sólo fueron unos pocos copos que apenas se identifican en las fotos, pero este hecho alcanzó para ser titular en portales y diarios.
Las primeras grandes nevadas quedaron preservadas en fotografías antiguas y están guardadas en los álbumes de los protagonistas. Hoy las redes sociales nos permiten conocerlas y socializarlas en eventos muy efímeros, que han dejado de lado el objeto fotográfico como tal, físico, palpable, así que el nuevo problema y paradigma de la conservación es preservar las imágenes digitales, aunque es un problema en general del patrimonio documental.
Antiguamente no se producían tantas fotografías, pero se resguardaba mucho mejor y de forma más apreciada, esto es, una impresión, un álbum fotográfico, un retrato, que se colgaba en las casas. El problema de la fotografía digital es, justamente que todo lo que tenemos es evanescente, la fotografía digital está y en un segundo ya no está, desaparecen millones de ellas.
Armando Forteza fue cuentista, investigador histórico y periodista. Intervino en certámenes literarios y culturales en la ciudad. Fue Director Provincial de Cultura y su obra literaria fue declarada de interés por la Cámara de Diputados y protegida por la Ley Nro. 2083 que protege el patrimonio cultural de La Pampa. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Conservando qué? ¿Protegiendo qué? Se protege nuestra historia, se destaca la pampeanidad, ¿qué conservarías como tesoro?