Soldadas de Cristina: quiénes son las mujeres, entre ellas una pampeana, que defienden a la Vicepresidenta en el Senado

Soldadas de Cristina: quiénes son las mujeres, entre ellas una pampeana, que defienden a la Vicepresidenta en el Senado
14 Junio, 2020 a las 12:15 hs.

El rol de la secretaria parlamentaria María Luz Alonso, las senadoras Anabel Fernández Sagasti y María de los Angeles Sacnun, y la directora de Asuntos Jurídicos Graciana Peñafort. Por qué son las favoritas del cristinismo según infobae.

Sentada a la izquierda de la Vicepresidenta siempre está María Luz Alonso, “Luchy” para los amigos. Pampeana y de La Cámpora no sólo es la secretaria administrativa del Senado, es junto con Fernández Sagasti y Marcelo Fuentes, el secretario parlamentario, el enlace con la Cámara de Diputados. Luz Alonso fue la ejecutora del proyecto K para instrumentar las sesiones remotas. Estuvo en cada ensayo y en cada detalle de la organización. También bajo su mando quedó la investigación sobre la gestión anterior, postergada en el contexto de pandemia.

“Luchy” es licenciada en Economía, fue diputada nacional hasta 2015, luego coordinadora operativa de la Cámara de Diputados y el año pasado ganó una banca como diputada provincial en La Pampa que finalmente no ocupó. Cuando Gabriela Michetti le tomó juramento en la sesión preparatoria del 27 de noviembre extendió su diestra sobre los Evangelios y alzó la voz: “Por Cristina Fernández de Kirchner, sí, juro”.

La Vicepresidenta tiene confianza plena en ella al punto que firmó un decreto delegándole gran parte de sus facultades como intervenir en contrataciones, designar, remover o recategorizar personal parlamentario y revisar las cuentas y contratos y concursos del pasado reciente.

La funcionaria parlamentaria eligió como director de Recursos Humanos a un hombre de su ciudad, Victorica, Miguel “Micky” Villagra , ex candidato a intendente que quedó apenas unos votos por debajo del ganador. Como suele ocurrir con quienes ocupan altos cargos, es quien en muchos casos abre puertas a los pampeanos de los despachos de ministros y secretarios de Estado.

La aparente fragilidad física de Anabel Fernández Sagasti no se condice con su firmeza política. Perdió como candidata a gobernadora impulsada por La Cámpora y Cristina Kirchner, pero con su jefa política como titular del Senado se convirtió en el máximo exponente en Mendoza y en la Cámara alta. Casi una par de Máximo Kirchner, con quien habla a diario. También habla o chatea cada día con CFK y en ocasiones con el Presidente.

Esta semana pasó de compartir el anuncio de mayor impacto con Alberto Fernández como fue el proyecto de expropiación de Vicentin a desafiar al Presidente. Como algunos incondicionales de la Vicepresidenta, estaba en cuarentena en Capital y no en su provincia. Pero el jueves por la noche viajó a Mendoza, después de seis horas de sesión del Senado. El viernes participó de la reunión convocada por el gobernador radical Rodolfo Suárez para unir fuerzas en el reclamo al Presidente que anunció que frenaba la obra de Portezuelo del Viento. En el recinto el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff, acusó al Presidente de buscar vengarse de una provincia opositora tras el freno de esa fuerza política a algunas iniciativas parlamentarias.

Fernández Sagasti, que sigue queriendo ser gobernadora, no podía no estar del lado de los mendocinos. En la Casa de Gobierno compartió mesa, entre otros, con el diputado y presidente de la UCR Alfredo Cornejo, con Omar de Marchi, Luis Petri y los senadores Julio Cobos y Pamela Verasay, todos ellos encabezan la lista de los más duros cuestionadores del poder K. Incluso el jueves Verasay había criticado a la propia Cristina Fernández en la sesión y se notó la molestia de la Vicepresidenta.

“Confirmamos todos los legisladores y legisladoras presentes nuestro compromiso para apoyar y cultivar la estrategia que está llevando la provincia para seguir con el proceso licitatorio que está en marcha. Estamos unidos por los intereses de Mendoza. Queremos que prospere tanto la obra como los pagos”, dijo Fernández Sagasti en abierto apoyo a Suárez y su reclamo al jefe de Estado.

Esa otra cara no es nueva en la senadora. También había hecho un acuerdo con Cornejo cuando era gobernador y juntos impulsaron los juicios por jurados. “Camina en las coincidencias, ni siempre a favor ni siempre en contra”, la describieron ante Infobae en su entorno. En el recinto la que se conoce en general es la que se enoja con la oposición. Es de los pocos discursos que CFK escucha sin quitarle la vista de encima.

Sólo alguna vez se le oye cierto temblor en la voz lo que no le ha impedido retar a algunos senadores de la oposición a los que califica de mentirosos cuando debaten el pasado. Es evidente que no le gustan los eufemismos. Critica y habla sin metáforas de los temas más conflictivos. Comparte el poder en el bloque con José Mayans, el legislador que más tiempo lleva en la Cámara alta, el único que superó a su antecesor Miguel Ángel Pichetto a quien todavía algunos extrañan.

A diferencia del formoseño, Fernández Sagasti participa del círculo íntimo de la Vicepresidenta y hasta de sus celebraciones familiares como festejos de cumpleaños. Ha sido embajadora K en eventos a los que ha asistido el presidente Alberto Fernández y como Eduardo ‘Wado’ de Pedro es una de las figuras con más amplia agenda, capaz de defender la expropiación de Vicentin y de almorzar con los máximos empresarios y los grandes dueños de las compañías extranjeras o argentinas.

El lunes por la tarde el Presidente la sentó a su lado. La presentó como autora del proyecto de expropiación de la agroexportadora y contó que Cristina Kirchner le sugirió sumarla. También fue Cristina quien la nombró vicejefa del bloque del Frente de Todos y presidenta de la estratégica comisión de Acuerdos por donde pasaron los candidatos a embajadores y donde espera el pliego del juez Daniel Rafecas.

La favorita de Cristina Kirchner está separada pero no divorciada de Lucas Ilardo, senador provincial mendocino y presidente del bloque del Frente de Todos. No tiene hijos pero en su entorno recuerdan cuando hace algunos años era voluntaria en la Casa Cuna y se llevaba chicos a pasear o a su casa como ‘madrina’. Ahora está full time dedicada a la política. Esta semana después de una reunión en Olivos por la expropiación de Vicentin regresó a su despacho para reunirse en forma virtual con Ezequiel Lo Cane, el padre de Justina, y Jimena Gallardo presidenta de una ONG que impulsa la creación de la Casa Justina en Las Heras, Mendoza. El jueves estallaba su celular: a la hora de la sesión el Presidente recibía a los dueños de la compañía.

Como no pierde las ganas de ir por la gobernación su equipo no descuida el pago chico. Y ella misma compartió esta semana, a instancias de su otrora ex adversario el diputado José Luis Ramón, un Zoom con 100 pequeños y medianos empresarios. Ella y Ramón hicieron un relevamiento sobre sus necesidades y las presentaron, juntos, al ministro de la Producción Matías Kulfas.

Fernández Sagasti mamó la política en su hogar. Hija de un padre gremialista y peronista, Roberto Fernández, el viernes recordó en la comisión de Asuntos Constitucionales que en los 90 se fundió en banco de su provincia, que el único banco estatal allí es el Nación y que su abuelo perseguía a los dueños del Grupo Greco que estafaron a muchos mendocinos entre ellos a él.

Con casi una década en la política nacional, es tan estudiosa como estricta: dicen que nunca faltó a una sesión como diputada y tiene casi asistencia perfecta en la cámara alta.

Como la mendocina, también heredó el ADN peronista la santafesina María de los Ángeles Sacnun. Nacida en Firmat porque en Villada no había clínica, “Marilin” se crió entre las dos ciudades del sur de Santa Fe, militó en el centro de estudiantes de su secundario y se entusiasmó con la participación que tuvo en el Congreso Pedagógico Nacional al que convocó Raúl Alfonsín. Se recibió de abogada en Rosario pero volvió a Firmat donde fue concejal. Tiene la misma ambición que Fernández Sagasti: en su caso gobernar Santa Fe.

“Marilin” nació en 1970 y a pesar de la diferencia de edad tiene gestos que parecen calcados de Cristina Fernández. Usa casi tanto rimmel y delineador como la Vicepresidenta y son característicos sus grandes gargantillas y collares. Cuando habla expresa las ideas de la ex Presidenta aunque en su caso viene de su propia agrupación y no de La Cámpora. Mueve las manos, los labios y la cabeza como la titular del Senado. Argumenta más o menos igual.

En los discursos del Parlamento se repiten algunas figuras. Sin embargo el bloque del Frente de Todos decidió rotar algunas caras y voces para impulsar la nacionalización de nuevos dirigentes y guardianes de la impronta K. Varias de ellas son mujeres.

Esta semana Sacnun, que no es nueva en el oficio y ya dio decenas de batallas discursivas, ocupó el lugar de Mayans y respondió a la docena de participaciones de Juntos por el Cambio con críticas por la ausencia del bloque opositor, acusaciones al macrismo por supuesto espionaje ilegal y una defensa implacable de la intervención a Vicentin. También en su caso se vio a una atenta Cristina Kirchner. La Vicepresidenta dejó todo y miró directo a las pantallas. Asentía ante cada afirmación de la santafesina. Incluso sonrió en señal de aprobación.

Este sábado Sacnun fue anfitriona de una reunión entre el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, representantes de la Bolsa de Comercio de Rosario, acopiadores, corredores de bolsa y productores. Juntos buscaron consensuar una intervención participativa de Vicentin.

Como Fernández Sagasti, la secretaria también nació con la recuperada Democracia en marcha y bajo el gobierno de Raúl Alfonsín. La mendocina el 3 de abril de 1984 y la pampeana el 7 de agosto de 1985. Las dos son de signos de Fuego: Aries y Leo.

La cuarta mujer con múltiples funciones es Graciana Peñafort. La abogada fue la voz de una de las batallas de CFK como Presidenta: participó desde el Comfer, bajo el mando de Gabriel Mariotto, en la redacción y posterior defensa judicial de la Ley de Medios. Luego fue su abogada y defensora y amiga del fallecido ex canciller Héctor Timerman cuya memoria reivindica en forma permanente y contundente. Insistió con su excarcelación en la causa por el memorándum con Irán, cuando afectado por un cáncer terminal pedía viajar a Estados Unidos. Si no lo lograba, suele decir, sentía “que se me moría a mí”. Igual Timerman no pudo viajar.

Peñafort es a la vez una figura audaz en las redes sociales, donde argumenta en defensa de amigos como Amado Boudou, sin dejar nunca de hablar de Timerman. No le quita el cuerpo a la confrontación ni siquiera cuando sufre ataques personales como los de esta semana. Criticó la salida masiva de runners en Capital como lo hicieron muchos dirigentes kirchneristas, entre ellos el ministro de seguridad bonaerense Sergio Berni. Le devolvieron una ola de insultos (y una ola de solidaridad) por su aspecto físico y por su consumo de cigarrillos, algo que nunca negó. De palabra fluida y memoria prodigiosa, respondió sin amedrentarse con otro de sus característicos y extensos hilos. En el punto 12 de esa catarata de mensajes en esa realidad paralela que es Twitter, señaló: “Lo que desconocen por completo es que, con cada dolor, con cada fracaso, con cada cosa fea que pasó, igual, si a los 12 años cuando odiaba al espejo y me odiaba a mí misma, y estaba muerta de miedo con el mundo, si me decían como iba a ser mi vida hoy, firmaba igual y contenta”. Después de ser Trending Topic retomó sus habituales peleas por el espionaje ilegal, contra el tratamiento de algunas noticias en algunos medios y contra las fake news, pero se alegró con la designación de la ex jueza María Laura Garrigós como subsecretaria de Asuntos Penitenciarios e interventora del Servicio Penitenciario Federal.

Peñafort es hoy la directora de Asuntos Jurídicos del Senado y fue quien junto a su amigo y socio Alejandro Rúa armó la arquitectura argumental del planteo a la Corte con el que Cristina Fernández buscó aval a la sesiones remotas. Contra todos los pronósticos convirtió lo que era una derrota en triunfo.

La sanjuanina es de cuna peronista. Su padre Eduardo Peñafort es un reconocido filósofo. Tal vez haya heredado de él la capacidad de argumentar como la tonada cuyana que nunca perdió.

A diferencia de las otras guardianas, se la ve poco con Cristina. Pero emprende las mismas batallas.

En esta nota hablamos de: