China busca convertirse en el primer país capaz de generar lluvia a gran escala.
La Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, informó que se encuentra en fase de prueba, una nueva tecnología que permitiría incrementar la cantidad de precipitaciones en la meseta del Tíbet, una de las reservas de agua más importantes del país y de Asia. Los glaciares y depósitos de la zona tibetana proveen de su caudal a la mayor parte de los principales ríos de China, la India y otros países asiáticos.
El sistema consiste en una serie de cámaras de combustión que serán instaladas a lo largo de la meseta montañosa del Tíbet, cuyas características físicas la convierten en un lugar ideal para un proyecto como este. Estas cámaras, en las que se quema combustible sólido, generan yoduro de plata, compuesto químico que participa en la formación de nubes. El impacto de los vientos monzones procedentes del sur de Asia contra las montañas hace que estos compuestos químicos ascienda al cielo para convertirse en nubes.
Hasta ahora han sido instaladas más de 500 cámaras de combustión en el Tíbet, así como en la región autónoma de Sinkiang y otras áreas. Sin embargo, con el tiempo, la meseta constará con decenas de miles de cámaras capaces de provocar lluvia en un área de 1,6 millones cuadrados.
Tradicionalmente, en China se utilizan aviones que arrojan compuestos químicos a las nubes para ‘sembrar la lluvia’. Este método también se usa para filtrar el aire en el país asiático, que padece una intensa contaminación atmosférica.