La controversia por “la selfie del mono” llega a su fin.

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13 Septiembre, 2017 a las 13:15 hs.

La Justicia falló a favor del dueño de la cámara, quien perdió millones de dólares con la difusión de esa imagen. 



Si estuviste en internet, seguro habrás visto la famosa “selfie” del mono. Las instantáneas del mono, fueron tomadas en 2011, cuando el fotógrafo David Slater se encontraba con su guía en las junglas de Indonesia para fotografiar varias especies amenazadas.

Allí tuvo la enorme suerte de hallar a un grupo de 20 monos. Antes del viaje había pocos registros visuales del macaco negro (macaca nigra), especie que solo se puede encontrar en dos islas del país. El británico tardó un día para ganarse la confianza de los macacos.

Al darse cuenta de que a los animales les agradaba tocar sus pertenencias, Slater instaló la cámara para que los monos pudiesen tomarse las fotos. La fotografía se hizo viral y se publicó en numerosos medios de comunicación. La foto rapidamente se volvió viral y dio la vuelta al mundo.

Slater, afirmó que había invertido mucho esfuerzo en lograr esa foto y nunca recibió remuneración por los derechos de autor de la foto. Es más invirtió gran parte de su dinero en numerosos juicios para proteger sus derechos de autor e inicio una batalla legal de dos años contra PETA, un grupo internacional que defiende los derechos de los animales, quienes afirman que los derechos pertenecian al mono.

Finalmente, los jueces en Estados Unidos dijeron que la protección de los derechos de autor no podían ser aplicados a un simio, pero PETA argumentó que el animal debía beneficiarse. La apelación interpuesta por la organización activista en nombre del mono fue desestimada, aunque Slater aceptó donar 25% de cualquier ingreso futuro que genere la fotografía.

En un comunicado conjunto emitido por PETA y Slater, dijeron que el fotógrafo entregará una cuarta parte de los fondos que reciba de la venta de los selfies del mono a organizaciones de caridad “dedicadas a la protección del bienestar o hábitat de Naruto”.

“El caso histórico de PETA generó un debate a nivel internacional sobre la necesidad de extender los derechos fundamentales a los animales para su propio bien y no en relación a cómo pueden ser explotados por los seres humanos”, manifestó el abogado de PETA, Jeff Kerr. 

 

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