Se viene el Día del Niño – Jugar no tiene edad

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18 Agosto, 2017 a las 13:30 hs.

Cada vez son más los adultos que se entretienen con los juegos de los más chicos. Padres fanáticos de la Play, expertos pilotos de drones o con maestrías en juegos para tablets.



El juegolo lúdico ha estado siempre presente en la historia de la humanidad; sólo que en algún punto comenzamos a considerarlo como algo exclusivamente infantil.

Ya se ha comprobado que el juego tiene una importancia crucial en el desarrollo del niño, pues es un medio de aprendizaje de habilidades cognitivas, sociales y motoras, es la forma en la que se comunica con el mundo.

En los primeros años de vida el niño explora a través del juego cómo funciona el mundo, además modela conductas y las representa a través del juego; el proceso de socialización está profundamente imbricado con esta actividad.

 Asimismo, a través de las actividades lúdicas funcionan como una forma de desarrollo de estrategias sociales, pues a través del juego comunitario se aprenden las reglas de convivencia básica como comunicación, cooperación y límites sociales, además del impacto de las acciones en los otros.

El juego en la edad adulta

A partir de la adolescencia, el aspecto lúdico no desaparece sino que se transforma. Ya el juego no es una herramienta de aprendizaje y exploración del mundo exterior, sino que se convierte en una forma de sociabilización.

 Este último objetivo persiste en la adultez, de hecho juegos de cartas, el ajedrez, los deportes, entre otros, son socialmente aceptados como escape para la necesidad de lo lúdico, como forma de distracción.

Para muchos ya se hacen obvios los beneficios terapéuticos y preventivos de los juegos en los adultos. Se acepta que jugar es una herramienta de terapia exitosa para tratar casos de depresión y ansiedad. También es posible afirmar que jugar es una forma maravillosa para prevenir y tratar el estrés.

No importa cuál es sea el juego, lo importante es seguir jugando.

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