Luego de la pandemia, los especialistas detectan una eclosión de los diferentes trastornos del lenguaje por el uso abusivo de las pantallas y los pocos estímulos que los niños recibieron durante ese tiempo. La fonoaudióloga María Marta Zanoli, especialista en el tema, nos explicó como detectarlos y desmitificó algunas creencias sobre el lenguaje.
“Si bien el 30 de septiembre es el día de la concientización sobre TEL (trastorno específico del lenguaje), hoy hablamos de un trastorno del desarrollo del lenguaje, porque antes se pensaba que el TEL afectaba exclusivamente el lenguaje y no incluía otras áreas, pero en la actualidad con el avance de los diagnósticos y de las investigaciones ya sabemos que un chico que tiene un trastorno del lenguaje en edades tempranas, a medida que crece se afectan otras áreas como la atención, los aprendizajes, etc”, explicó Zanoli.
“Hay señales en edades muy tempranas, como por ejemplo: un nene que a los dos años no dice palabras que sean entendibles por todos, más allá de mamá o papá, o un nene que a los cuatro años todavía no usa frase de dos palabras, ya son señales de alarma. Son niños que pueden repetir palabras, pero no entienden el significado de las mismas. Otro indicador es cuando un niño parece ignorar cuando otro le habla”, detalló la especialista como cuestiones importantes para que las familias estemos atentas y ante estas señales, consultemos al pediatra que será quien derive al pequeño a un especialista, ya que se debe abordar de manera multidisciplinar, entre el mismo pediatra, fonoaudióloga, neurólogo, otorrino.
Zanoli desmitificó dos cosas que están muy normalizadas en la sociedad: “una de esas es ¨es chiquito, ya va a hablar¨ y la otra es “los varones son más lerdos”. El desarrollo físico de un niño es igual que el desarrollo del lenguaje y lo fundamental es la consulta a tiempo para poder diagnosticar porque cuanto más temprano abordamos ese trastorno, mejora la evolución” y subrayó que “no hay que tenerle miedo al diagnóstico porque no es una etiqueta, es la base para saber por donde se sigue trabajando”.
“Cuando el trastorno afecta sobre todo al lenguaje y no hay otras alteraciones que nos pueden llegar a pensar que es del espectro autista, tenemos dos entidades: una, que es un retraso del lenguaje y las pautas aparecen más despacio, pero con los años se equipara; y, por otro lado, nos podemos encontrar con un trastorno en el desarrollo del lenguaje que es una desviación de este lenguaje y tenemos una mayor complejidad porque es más sostenido en el tiempo, la evolución es mucho más lenta y estas mejorías no se adquieren y quedan corregidas”, remarcó Zanoli y agregó que “la ciencia dice que para la recuperación de cualquier trastorno del desarrollo hay tres patas muy importantes: el diagnóstico temprano, la segunda es trabajar con terapeutas que estén en la línea del desarrollo y la tercera, y más importante, son papás comprometidos. Mi experiencia indica que siempre los que están detrás son los papás, porque los terapeutas vamos y venimos, pero ellos siempre acompañan”.
Con respecto a la pandemia, la especialista subrayó que “hubo un uso abusivo de pantallas, porque era nuestro medio de comunicación y se sumó que los chicos tuvieron pocos interlocutores con quienes jugar o hablar y luego solo se veían los ojos, porque el barbijo nos tapaba gran parte de la cara, entonces apareció un retraso en el desarrollo del lenguaje aun con alta estimulación: eso es un retraso y no un trastorno, que tiene dos condiciones, una biológica y otra ambiental”.
