En comunicación con “La Redacción” por INFOPICO RADIO 99.9 Mario Calafat, profesor de la UNLPam e investigador, se refirió al proyecto “Producción de barritas proteicas nutricionales a bajo costo para poblaciones vulnerables” que fue declarado de interés por el Honorable Senado de la Nación.
Por su parte, Calafat agradeció el apoyo que recibió el proyecto por parte de la senadora Norma Durango, el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia y la intendenta de General Pico, Fernanda Alonso.
En ese sentido, manifestó que el proyecto fue presentado en el mes de diciembre de 2020 y se esperaban resultados para el mes de marzo de 2021, pero debido al contexto los tiempos se retrasaron.
El objetivo primordial del proyecto es atender la demanda nutricional de la población en riesgo nutricional que no alcanza a cubrir la ingesta diaria de proteínas.
Es por esto que los docentes e investigadores universitarios Dr. Mario Calafat y Dra. Isabel Gigli, ambos de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa, elaboraron la propuesta.
La misma plantea fabricar y comercializar barritas proteicas nutricionales en base al lactosuero que desecha la industria que será a razón de unos 50.000 litros diarios. El proyecto presenta una alternativa de uso del lactosuero que, además, al ser tirado sin ningún tratamiento representa un agente contaminante.
“Empezamos a trabajar en el aprovechamiento de ese suero, hicimos levaduras, jugos, bebidas lácteas y de a poco se fue gestando la posibilidad de aprovechar las proteínas que quedaban en el suero”.
En la descripción del proyecto, Calafat y Gigli señalaron que 1.000 litros de lactosuero contaminan lo mismo que las descargas cloacales de un barrio de 500 personas. Pero, en el otro extremo, si se aprovecha el componente proteico del lactosuero, con los mismos 1.000 litros se puede atender la necesidad diaria de proteínas de 100 a 130 personas. Por ello, la propuesta de los docentes resulta más que apropiada por múltiples motivos, que van desde atenuar un problema ambiental a atender una urgente demanda social.
“Nosotros apuntamos específicamente a sectores vulnerables, pero sobre todo niños y ancianos. Los niños son quienes más proteínas necesitan durante el crecimiento. Vimos que esta forma es muy barata y nos permite hacer un alimento con una concentración de proteínas óptima para la edad de crecimiento“
Asimismo, las barritas proteicas tendrían un costo de producción de 6 pesos y un valor de mercado de 9 pesos. Siendo que un producto con el mismo valor alimenticio hoy cuesta entre 70 y 90 pesos, tendrían un posicionamiento ventajoso en el mercado y serían realmente accesibles para las personas.
En el documento elaborado para la presentación del proyecto los investigadores sostienen: “Sumado a los problemas que hoy tenemos de desnutrición que requieren una solución inmediata, debemos considerar que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), estima que para el año 2050, se va a requerir producir el 70% más de alimentos de los que se producen mundialmente. Esto se agrava aún más con la información de que entre el 30 al 40% de los alimentos producidos se pierden dentro de la cadena productiva”.
En cuanto a la colaboración y el apoyo recibido explicó que cuando el proyecto fue presentado se les exigia que municipios, instituciones o comedores manifestaran que utilizarian el producto, “ese fue el apoyo que tuvimos por parte de Fernanda Alonso que es muy importante”.
Al día de hoy el proyecto ya recibió su aprobación y serán destinados para comenzar a ejecutar la producción alrededor de $4.100.000.
En lo que respecta a los tiempos, Calafat indicó que primero deben alquilar una locación donde se llevará adelante la producción de alimentos ya que no puede realizarse en la facultad.
“La venta será para cubrir los costos, no tiene ningún objetivo de ganancia. El concepto es que lamentablemente los alimentos son un bien de lujo en este momento y la proteína no puede ser un lujo, porque si no está la persona no crece. Que sea de costo bajo no quiere decir que sea de mala calidad, el costo bajo se genera por a la forma de extraer la proteína”.
Sobre el final, sostuvo que se busco hacer alimentos que también fuesen ricos, “el gusto es fundamental, porque necesitamos que los chicos ingieran proteínas en algo parecido a lo que ingerirían si pudieran elegir, estamos buscando ese punto de gusto que no es tan fácil”.
