Este martes 10 de diciembre se cumplen ya ocho años del femicidio de la joven Carla Figueroa a manos del violador y asesino, Marcelo Tomaselli.
Por ese motivo, como cada año, las organizaciones de mujeres aprovechan la fecha para recordarla, y de paso, repudiar y denunciar los casos de femicidios, abusos sexuales y violencia de género.
En este caso, la organizacion feminista Guapabanda expresó a través de un comunicado que “solamente mueren aquéllos que olvidamos, suelen decir. Por eso recordamos a Carla, año tras año. Pero la memoria tiene como fin también, prevenir que hechos trágicos como este femicidio, no vuelvan a suceder”.
Del mismo modo, aseguraron que “después del crimen de Carla, el reclamo de los familiares, amigos y vecinos logró que la Justicia condenara a su asesino a reclusión perpetua aunque sabemos que casi nunca la condena se cumple en su totalidad. Tampoco el poder judicial garantiza que los reclusos no tengan privilegios inmerecidos, como acceso a celulares, que suelen utilizar para repetir sus delitos. En la cárcel nadie mejora, se sabe. Los delincuentes empeoran cuando agentes del poder judicial y la policía les permiten transgredir normas básicas carcelarias”.
“Los femicidios, abusos sexuales y la violencia de género se han intensificado en los últimos años. Pero también la resistencia de las mujeres a través de denuncias, reclamos y protestas callejeras y masivas. Sin embargo no alcanza. Está comprobado por todas las que alguna vez hemos accedido al poder judicial que desde sus empleados /as hasta magistrados de alto nivel tienen una ideología patriarcal , misógina y clasista. Tampoco la policía garantiza que se cumpla el circuito de prevención al no vigilar a los hombres que son denunciados para que no violen el acceso perimetral de acercamiento a la víctima” explicaron.
Finalmente, advirtieron que “si no cambia profundamente la ideología machista de los funcionarios judiciales y asumen una perspectiva de género, las mujeres seguiremos siendo víctimas de hombres que nos matan y son justificados, y hasta encubiertos por un poder que en vez de impartir justicia para las mujeres, reproduce a nivel del Estado que debería protegernos violencia simbólica contra nosotras”.