General Pico concentra casi la totalidad de los casos en La Pampa y el municipio insiste en la conciencia comunitaria como principal estrategia.
Una ciudad en el centro del brote
La ciudad de General Pico concentra el 99% de los casos de dengue reportados en toda la provincia. La cifra llama la atención, pero responde a un patrón nacional. “En todo el país pasa lo mismo: en provincias se concentran los casos en pocos departamentos o ciudades”, explicó Matías Calmels, director de Zoonosis y Vectores del municipio.
Aunque aún no hay estudios concluyentes, este tipo de distribución se repite incluso en zonas de alta circulación como Misiones o Buenos Aires. “No tiene todavía una explicación clara desde la epidemiología”, sostuvo.
Estabilidad relativa y el factor climático
Comparando con 2024, la situación actual muestra cierta estabilidad. “No estamos peor que el año pasado. La curva tiende a aplanarse”, indicó Calmels. Sin embargo, advirtió que no se puede descartar un pico inesperado.
El descenso de temperatura puede ayudar, pero no es definitivo. “Una sola helada no alcanza. Se necesitan varios días de frío intenso para que mueran los adultos que están volando”, aclaró.
Barrios más afectados, pero nadie exento
Si bien existen zonas más comprometidas, Calmels insistió en que “ningún barrio está libre de riesgo”. El dengue no respeta límites geográficos y puede transmitirse incluso sin que el vecino infectado sepa cuándo fue picado.
“El contagio puede ocurrir en casa, en el trabajo o al visitar familiares. Vos podés vivir en un barrio sin casos y ser picado en otro. Así se genera un nuevo foco”, detalló.
Fumigaciones sí, pero como última medida
El municipio realiza aplicaciones en establecimientos educativos y domicilios particulares, pero no son la solución principal. “La fumigación es la última instancia. La prevención sigue siendo lo más eficaz”, subrayó Calmels.
Además, el clima condiciona su efectividad. “Si no hay mosquitos volando o está muy frío, la nube del producto no tiene impacto”, explicó.
Ventanas abiertas y conciencia hogareña
La colaboración vecinal es clave. “El Aedes aegypti vive dentro de las casas: en aleros, floreros, detrás de muebles. Por eso pedimos dejar puertas y ventanas abiertas durante las fumigaciones”, señaló.
A pesar de las críticas por el horario, Calmels enfatizó que el producto debe pasar por el interior del hogar para tener verdadero efecto.
¿Cuándo termina? Depende del clima y los datos
No es posible anticipar el cierre del brote. “El año pasado trabajamos hasta mayo o junio. Todo depende del clima y de cuándo se corten los contagios”, explicó el funcionario.
Y concluyó con un llamado a la acción: “No sabés cuándo te pica el mosquito ni si está infectado. La única herramienta que tenemos todos los días al alcance de la mano es la prevención”.