Carlos Paez visitó la ciudad de General Pico, donde brindó una charla y una conferencia de prensa, donde compartió su experiencia de vida y el significado que le otorga a aquella aventura de supervivencia. Durante el encuentro con la prensa, destacó tanto el valor de enfrentar la adversidad como la importancia de transformar el dolor en homenaje a la vida y presentó el libro de su autoría “Después del día diez”.
A lo largo de la charla, el sobreviviente resaltó la trascendencia de la película “La sociedad en la nieve“, calificándola no solo de entretenimiento, sino de un compromiso vital: “No es que hay que verla, es obligación verla, porque es un homenaje a la vida.”
Recordando la diversidad de interpretaciones de la tragedia, Páez subrayó que cada testimonio es único: “mi testimonio no tiene de distinto porque sea que es el mío, cada cual cuenta la historia. Si tú vas en un automóvil y chocás, la otra persona va a contar una historia y vos vas a contar otra, porque cada cual lo vive diferente.”
El sobreviviente se refirió además a la manera en que afrontó los momentos más duros, haciendo énfasis en su estrategia de ver el lado positivo incluso en medio del sufrimiento: “yo lo que trato es de verle el lado positivo a la historia, verla siempre por el lado, inclusive con humor, buscando siempre el lado positivo.”
Entre los símbolos personales que lo ayudan a mantener viva la memoria, destaca la cruz que imprimió en la portada de su libro, a la que reinterpretó con un significado singular: “la gente la ve como cruces y yo la veo como aspas de helicóptero, como un símbolo de libertad, que fueron los que nos rescataron.”
Otro de los momentos destacados de su relato fue la reflexión sobre la actitud frente a la adversidad. Para Páez, la vida ofrece dos opciones: dejarse llevar o tomar acción, tal como lo ejemplificó su experiencia durante el rescate:
“En la vida tenés dos opciones: o dejar que las cosas pasen, o hacer que las cosas pasen. Tuvimos que manejarnos nosotros, manejar la historia.”
Asimismo, Páez recordó el inquebrantable vínculo que une a los sobrevivientes, quienes se reúnen en fechas señaladas para rendir homenaje a aquellos que ya no están y para celebrar la continuidad de la vida y contó que el grupo de los 16 sobrevivientes hoy se siguen viendo. “El 13 de octubre, día que se cayó el avión, hay una misa donde vamos todos y nuestros familiares. Y el 22 de diciembre nos juntamos todos”.
Con voz serena y llena de convicción, el testigo de una de las historias de supervivencia más impactantes de la historia afirmó que la esencia de aquella experiencia reside en el triunfo de la vida sobre la tragedia: “la tragedia hubiera sido que hubiéramos muerto todos. Y milagro hubiera sido que nos hubiéramos salvado todos. Es un homenaje a la vida y que la vida continúa.”
En medio de anécdotas y reflexiones sobre el papel de las redes sociales —que multiplicaron su presencia de 20.000 a 350.000 seguidores tras el estreno de la película—, Carlos Páez se mostró convencido de que la historia que vivió es un legado de esperanza y lucha. Su mensaje resuena en cada palabra, recordándonos que, a pesar de los momentos oscuros, “lo que triunfa es la vida.”
Esta jornada en General Pico reafirma el compromiso de los sobrevivientes por mantener viva la memoria y transmitir a futuras generaciones la importancia de transformar el dolor en una lección de resiliencia y amor por la existencia.
