Por Jimena Asquini

Techos verdes y jardines verticales: la nueva tendencia que combina estética y ecología

Techos verdes y jardines verticales: la nueva tendencia que combina estética y ecología
19 Enero, 2025 a las 16:00 hs.
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En las grandes ciudades del mundo, cada vez se ve con más frecuencia cómo los techos se convierten en jardines y las paredes en huertas verticales. Sin embargo, ¿es igual de viable en una ciudad con clima tan extremo como la nuestra? Para profundizar en este tema, conversamos con la Técnica en Floricultura Jimena Asquini, quien explicó detalles y cuidados esenciales sobre estas propuestas innovadoras que no solo suman belleza, sino que también aportan grandes beneficios ecológicos.

Techos verdes: una tendencia con alto impacto ecológico

La idea de “techo verde” no es una moda reciente, aunque en Argentina se viene expandiendo con fuerza en los últimos años. Asquini señala que, en lugares como Ciudad de México o ciertas urbes de Estados Unidos, los techos verdes ya se implementan masivamente.

Entre las ventajas que destacan están:

  • Aislamiento térmico: Ayudan a reducir la temperatura en verano y a conservarla en invierno.
  • Uso eficiente del agua: Absorben agua de lluvia y disminuyen el caudal que escurre en las ciudades, colaborando a evitar inundaciones.
  • Producción sustentable: Algunos restaurantes famosos cultivan sus propias hortalizas en el techo, mientras que otros edificios se enfocan en apicultura y floricultura urbana.

No obstante, la especialista advierte que la infraestructura necesaria no es para cualquiera. “No se pueden hacer en cualquier techo. Hay que tener en cuenta el peso del sustrato, las mallas impermeables y la elección de las plantas”, explica Asquini. El tipo de clima también influye en la selección: “En lugares como La Pampa, con inviernos marcados y heladas intensas, es más difícil mantenerlo verde todo el año”.

¿Es costoso invertir en un techo verde?

Según Asquini, hoy en día sigue siendo un proyecto de costo elevado en Argentina, fundamentalmente porque son pocas las empresas que lo hacen de manera profesional y ajustada a distintos climas. “Existen estructuras plásticas livianas, mallas geotextiles y sistemas de riego adecuados que demandan una inversión importante”, detalla.

Jardines verticales: la opción para espacios reducidos

Menos exigentes en infraestructura que los techos verdes, los jardines verticales se han posicionado como una alternativa sumamente estética, sobre todo en interiores o fachadas protegidas de las inclemencias climáticas.

“El jardín vertical es un contenedor, una maceta, que en vez de estar apoyada en el suelo, está colocada en una pared”, explica Asquini.
Estos sistemas generalmente cuentan con riego por goteo para mantener la humedad necesaria sin desperdiciar agua. Funcionan muy bien con plantas de interior que desarrollan raíces adventicias (por ejemplo, potus, anturios o filodendros). La experta remarca que el riego por goteo es clave para no encharcar y para garantizar que el agua se distribuya de manera uniforme.

Fertilizar: un paso esencial para la salud de las plantas

Un punto fundamental que destaca Asquini es la importancia de la fertilización en todos los espacios verdes con sustrato limitado: macetas, canteros, jardines verticales e incluso techos verdes. La razón es sencilla: “La raíz no puede expandirse de manera natural para buscar nutrientes”, puntualiza.

  • Los tres nutrientes básicos: Nitrógeno (N) para el crecimiento y el color verde de la hoja; Fósforo (P) para el desarrollo de raíces y tallos; y Potasio (K) para la floración y fructificación.
  • Periodicidad: Recomienda aplicar fertilizante equilibrado (como un triple 15 o nitrofoska) una vez al mes, excepto en plantas específicas (cactus, crasas o nativas) que requieren cuidados diferentes.
  • El riesgo de excederse: “Hay que respetar la dosis; poner de más no implica mayor beneficio, sino que puede quemar la planta al tratarse de sales”.
  • El riego luego de fertilizar: Especialmente si se trata de fertilizantes granulares, es indispensable regar para facilitar su disolución y absorción.

Además, para quienes buscan un césped perfecto, existen fertilizantes específicos con altos niveles de nitrógeno (como la urea), pero que exigen más cuidado y se aplican en momentos puntuales del año. “Una sobredosis puede causar daños”, alerta la técnica.

Adaptar cada solución a las condiciones locales

El éxito de techos y paredes verdes, así como el óptimo crecimiento de las plantas en macetas, dependerá siempre de adecuarlos al clima de la región. “La gran pregunta acá es cómo mantenerlo verde en invierno”, repite Asquini. Y señala que el mantenimiento es innegociable: “Un techo verde o un jardín vertical no se colocan y se dejan. Hay que revisar, regar, podar, recambiar plantas y controlar plagas”.

Hacia una ciudad más verde

La mirada sustentable cobra relevancia en cada proyecto de este tipo: “Cada acción que ayude a mitigar el calor, a mejorar la calidad del aire y a retener agua de lluvia, es un paso en la dirección correcta”, concluye Asquini.

El desafío, de cara al futuro, pasa por lograr que cada vez más municipios y particulares se sumen a estas prácticas, adaptando diseño e infraestructura a climas más extremos, como el nuestro, y capacitándose para mantener en óptimas condiciones toda iniciativa verde.

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