Esta semana en nuestra columna de kinesiología en INFOPICO RADIO 99.9, tuvimos la oportunidad de hablar con el experto Macota Espada sobre un tema poco conocido pero de gran relevancia: el síndrome del opérculo torácico. Al inicio de la conversación, incluso el propio Macota admitió que el término suena extraño y ajeno para muchos. Sin embargo, su explicación detallada nos permitió entender la importancia de esta condición.
El síndrome del opérculo torácico es una condición que afecta principalmente a personas entre los 25 y 50 años, con una mayor prevalencia en el sexo femenino. Se presenta en individuos que realizan movimientos repetitivos con el brazo, como jugadores de tenis, empleados de metalúrgicas, peluqueros, entre otros.
Los síntomas de esta patología son similares a otras condiciones más comunes, como dolor de hombro, debilidad o entumecimiento de la mano y del brazo, y dificultad para mover el miembro superior. Estos síntomas suelen confundirse con una cérvico braquialgia, el síndrome del manguito rotador o tendinopatías. Lo que distingue al síndrome del opérculo torácico es que la lesión se encuentra profundamente entre la clavícula y la primera costilla, comprimiendo el plexo braquial y los vasos sanguíneos que irrigan el brazo.
Es crucial un diagnóstico temprano para evitar complicaciones. Si no se trata a tiempo, la compresión puede causar degeneración en los nervios y vasos sanguíneos, afectando la conductividad nerviosa y el flujo sanguíneo. Macota comparó esta compresión con una manguera pisada, donde el flujo de agua disminuye significativamente.
La causa principal de esta compresión son los músculos del cuello y el tórax, especialmente los escalenos, el subclavio y el pectoral menor. El diagnóstico correcto requiere la atención de un especialista, quien puede utilizar resonancias magnéticas, ecografías o radiografías para confirmar la condición.
Si se detecta a tiempo, el tratamiento puede ser no quirúrgico, utilizando agentes físicos, estiramientos y técnicas de neurodinámica a cargo de kinesiólogos. Sin embargo, en casos avanzados, la solución puede requerir una intervención quirúrgica para liberar la compresión.
Macota Espada nos recuerda la importancia de estar atentos a estos síntomas y no subestimarlos. Un diagnóstico preciso y temprano es vital para evitar complicaciones graves. Para aquellos que deseen una consulta con Espada o su equipo, pueden comunicarse al consultorio al 2302 50 90 32.