En un giro llamativo dentro de la industria cárnica, cuatro empleados del Frigorífico Pico fueron detenidos tras descubrirse su participación en una red clandestina dedicada al robo de piedras biliares, conocidas como “oro bovino” debido a su alto valor en el mercado farmacéutico.
Los empleados, con una antigüedad de entre 8 y 10 años en la empresa, fueron captados por cámaras de seguridad extrayendo piedras biliares de las vacas durante el proceso de evisceración. Estas piedras, que oscilan entre 10 y 100 gramos, pueden alcanzar un precio de hasta 120 dólares el gramo. Según se sabe, estas piedras son usadas en la fabricación de medicamentos hepáticos y antiinflamatorios, entre otros, y su valor puede superar al de la carne misma.
La alerta se disparó cuando la dirección del frigorífico notó una disminución en la cantidad de estas piedras preciosas, pese a mantener la misma cantidad de procesamiento de animales. Esto llevó a la instalación de cámaras adicionales, las cuales revelaron la malversación por parte de los empleados investigados.
Los allanamientos realizados en las residencias de los implicados arrojaron hallazgos significativos, incluyendo 10 millones de pesos en efectivo y objetos robados valorados en 8 mil dólares. En uno de los domicilios se encontraron 60 gramos de estas piedras, valuadas en casi 8 mil dólares. La investigación también se extendió a los dispositivos móviles de los acusados, lo que podría proporcionar más evidencia sobre la comercialización de las piedras biliares.
A pesar de la gravedad de los hechos, los acusados han quedado en libertad, dado que no representan un riesgo de fuga ni de entorpecimiento de la investigación, según confirmaron fuentes judiciales. Sin embargo, podrían enfrentar cargos por “administración infiel”, un tipo de estafa que implica el desvío de bienes confiados para su manejo. La expectativa de pena varía de un mes a seis años de prisión, aunque podría optarse por penas en suspenso o suspensiones del juicio, considerando la falta de antecedentes penales.
