El reciente fallecimiento de Héctor Mario Ombroni a los 84 años ha dejado un vacío en la comunidad de General Pico, pero también un rico legado de enseñanzas, aventuras y un ejemplo vivo de cómo la reinvención personal puede ser un camino a seguir a cualquier edad. Ombroni, reconocido por su multifacética carrera como profesional aeronáutico, técnico electrónico, telegrafista, y radioaficionado, nos dejó importantes lecciones sobre la vida, el aprendizaje y la pasión.
Ombroni, quien comenzó su trayectoria a la temprana edad de 16 años, no solo destacó por su profundo conocimiento técnico sino también por su inigualable capacidad para contar historias. A lo largo de su vida, demostró que nunca es tarde para aprender y emprender algo nuevo. A los 78 años, ya jubilado, decidió abocarse a la literatura, publicando dos libros que reflejan su incesante búsqueda de nuevos horizontes y su amor por la narrativa.
Su historia personal es un testimonio de cómo los desafíos pueden convertirse en oportunidades. En 1963, ante la necesidad económica, Ombroni se embarcó en una aventura que lo llevaría a la Antártida. Esta experiencia no solo le permitió mejorar su situación financiera, comprando una casa y asegurando un futuro para su familia, sino que también marcó un antes y un después en su vida. La Antártida se convirtió en una parte esencial de su identidad, un lugar que, según sus palabras, era como “nacer de nuevo”.
En entrevistas previas, Ombroni habló sobre la importancia de interactuar con otras personas y cómo esto contribuye a proteger la fortaleza mental. Destacó que las actividades sociales involucran un componente intelectual que solo se mantiene con el encuentro y el intercambio de ideas. Su filosofía de vida se basaba en la convicción de que siempre estamos a tiempo para desarrollar una nueva habilidad o poner en práctica algún conocimiento que nos apasiona.
Además de su contribución en el ámbito técnico y literario, Ombroni dejó una huella imborrable en su comunidad. Desde su hogar en General Pico, donde vivió desde 1976, compartió su sabiduría y experiencias, inspirando a muchas generaciones. Su estudio de radio, un espacio dedicado exclusivamente a esta pasión, fue un símbolo de su dedicación y amor por la comunicación, donde se lo conocía como radioaficionado con la licencia LU6UO.
La partida de Héctor Mario Ombroni es una pérdida para todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y aprender de él. Sin embargo, su vida sigue siendo una fuente de inspiración, un recordatorio de que nunca es tarde para reinventarse, descubrir nuevas pasiones o retomar viejas. Su legado perdurará, motivando a futuras generaciones a seguir explorando, aprendiendo y, sobre todo, viviendo plenamente cada etapa de la vida.