En un gesto que trasciende los límites de su uniforme, la oficial Emilia Navas, integrante de la fuerza policial de La Pampa y a la División de Siniestros Viales de General Pico, ofreció un acto de solidaridad y empatía poco común. Ayer, cerca de las 18:30, mientras patrullaba con un compañero, Navas se enteró por la radio de un accidente de tránsito que involucraba a una madre y su bebé. A pesar de tener otras obligaciones, solicitó permiso para acudir al lugar del accidente, preocupada especialmente por la presencia del bebé.
Al llegar, colaboró con el equipo médico y se aseguró de que el bebé, que solo presentaba rasguños en la pierna, y su madre fueran trasladados al hospital. Finalizada su intervención en el lugar del accidente, Navas se dirigió al hospital, donde encontró al bebé llorando incesantemente en brazos de su padre. La madre, incapacitada para amamantar debido a una lesión en el brazo, se encontraba bajo tratamiento y dolorida.
“Permiso para acercarme al hospital, ya cuando estaba en el lugar el bebé lloraba y la madre no podía mover el brazo. La madre, al querer agarrarlo cuando cayeron, golpea con la muñeca en el piso y no podía mover la mano”, explicó Navas en diálogo con infopico.com
Movida por la situación, y con el permiso de la madre, Navas decidió amamantar al niño, quien rápidamente se calmó y se durmió. Posteriormente, la oficial realizó las diligencias necesarias, como el control de alcoholemia a la madre, y se mantuvo en contacto con la familia, ofreciendo su ayuda en caso de ser necesaria.
“Entro a la guardia, la veo a la mamá que estaba ahí adolorida, le habían pasado un suero, pero tenía que esperar resultados de los estudios. Así que no podía amamantarlo y primeramente se lo pedía en realidad para intentar calmarlo. Les pregunté a ver si el bebé tenía hambre, que tomaba si tomaba mamadera o no. Me dijeron que sólo tomaba teta, así que intenté dárselo a la mamá, pero ella no podía. Estaba tan dolorida, no podía moverse y no lo podía sostener. Y el gordo lloraba, se refregaba los ojos, tenía hambre. Le pedí permiso a la mamá, ella me dijo que sí lógicamente. Lo único que quería que el bebé se calmara. Así que me acomodé, las enfermeras ahí del hospital enseguida me pusieron unos biombos, le di el pecho y se durmió un ratito”.
“Cuando se lo dejé dormido yo creo que para ella fue un alivio, para el bebé también y para mí también porque la verdad que me volví feliz. Feliz porque tengo un bebé de la misma edad, este bebé cumple el 5 de agosto y mi bebé cumple el 5 de septiembre. Así que prácticamente son los dos iguales, me volví feliz”, narró emocionada Emilia Navas.
Navas, madre de un bebé de edad similar al del accidente, expresó su felicidad al poder calmar al niño y aliviar a su madre. Más tarde, incluso se ofreció a llevar ropa para el bebé, preocupándose por sus necesidades básicas.
Este acto humanitario de la oficial Navas ha resonado en la comunidad, demostrando que más allá del uniforme, la empatía y la solidaridad son los valores que realmente definen a una persona en momentos de crisis. Su gesto, un ejemplo de humanidad y maternidad, ha dejado una profunda impresión tanto en la familia afectada como en la sociedad en general.
“La verdad que más allá del uniforme, que es una circunstancia, yo soy mamá, soy mujer y soy una persona. Entonces yo creo que lo del uniforme es lo que le dan más, no sé cómo decirte, como que todo el mundo le da mucha importancia, mucho reconocimiento por el hecho de ser uniformada; pero la verdad que antes del uniforme una es persona y yo personalmente soy madre”.
