Las corridas y golpes se dieron esta madrugada en el centro de General Pico y en medio de la calle 17 entre 18 y Avenida San Martín, el enfrentamiento entre jóvenes obligó a la intermediación de la policía, quien en su afán por separar a los violentos, uno de los uniformados fue desarmado por un joven quien, luego, apuntó con su arma y fue reducido rápidamente por otro policía antes de producir una catástrofe.
Lo sorprendente, además de un nuevo hecho de esta magnitud entre jóvenes en la nocturnidad piquense, se queda en el momento en el que uno de los jóvenes se paró detrás de un oficial -que estaba reduciendo a uno de los muchachos que estaba peleando- y le arrebató su arma del estuche.
Milagrosamente, no pasó a mayores y no hubo heridos, y un policía logró arrebatarle el arma a ese individuo ante la atónita mirada de los demás jóvenes que miraban desde la vereda opuesta, lo que sucedía.
Esta escala de violencia e inconsciencia supera lo visto en General Pico en los últimos años en hechos de violencia y pone de manifiesto la necesidad de replantearnos lo que nos pasa cuando convivimos y compartimos espacios públicos con los demás.