El 25 de febrero de cada año se celebra el Día Internacional del Implante Coclear, en conmemoración del primer procedimiento con este dispositivo en el mundo. En Argentina, las primeras experiencias se llevaron a cabo hace más de tres décadas y, en la provincia de La Pampa, desde 2013 hasta la fecha, se han realizado más de 70 implantes.
Los implantes cocleares son dispositivos electrónicos implantables que reemplazan la función de las células ciliadas ubicadas en la cóclea, en la parte interna del oído. Estos dispositivos transforman las ondas sonoras en estímulos eléctricos, los hacen llegar al nervio auditivo y, posteriormente, a la corteza cerebral auditiva. De esta manera, las personas con hipoacusias severas a profundas pueden percibir los sonidos y acceder a la capacidad de oír.
El uso de estos instrumentos ha revolucionado el tratamiento de las hipoacusias profundas y severas, marcando un antes y un después en la otología, la audiología y en la vida de las personas sordas. Ignacio Amado, otorrinolaringólogo de Santa Rosa y especialista en implantes cocleares, afirmó en una entrevista con la televisión pública pampeana que desde 2013 hasta la fecha se han realizado en La Pampa “tal vez por el trabajo cotidiano con los pacientes no nos damos cuenta de que un implante le cambia la vida a las personas. Es ni más ni menos que volver a escuchar”.
Según Amado, no hay límite de edad para realizarse un implante coclear, ya que puede colocarse tanto en bebés como en personas adultas. Además, el dispositivo tiene una durabilidad de 30 años y posee tecnología de punta.
La intervención no dura más de dos horas y, aunque el costo es elevado, en Argentina las personas que padecen este tipo de problemática tienen la posibilidad de acceder de forma gratuita gracias a la buena ley de discapacidad que cubre los costos para quienes necesitan hacerse un implante. En otros países, como Chile, solo es gratuito para los bebés y niños.
Amado también aclaró que el implante no es el primer recurso, sino que se utiliza como último recurso. Si la persona puede desenvolverse bien con un audífono, debe seguir usándolo. Sin embargo, si eso no es suficiente, entonces se puede recurrir al implante. “El implante es el último recurso. Si con un audífono la persona puede desenvolverse bien debe seguir con ese dispositivo, pero si con eso no alcanza ahí sí se puede recurrir al implante”, explicó el otorrinolaringólogo.
