Con la fecha puesta para las elecciones ejecutivas en La Pampa, comenzaron las negociaciones y las conversaciones con los nombres de los posibles candidatos para 2023. En nueve días, nomás, tendrán que estar las listas armadas. ¿Cómo se prepara cada fuerza?
La selección de candidatos, indica la ciencia política, tiene tres formas de dirimirse: el dedo, la rosca o la interna. O sea, la imposición del nombre por un líder, los consensos o acuerdos entre dirigentes o partidos, y las votaciones. Las tres metodologías se combinan, dependiendo de muchos factores, aunque predomine una. Las tres hacen al juego de la democracia.
El peronismo llega a estos últimos días de definiciones más armado. Con el liderazgo de Carlos Verna como conductor de la principal línea interna y del gobernador Sergio Ziliotto, y la fortaleza de la línea Plural, se impuso la unidad. Los consensos y el dedo funcionaron para ordenar las listas en una elección que resulta difícil para el oficialismo pampeano que debe sobrellevar una situación nacional crítica, desde lo político pero sobre todo desde lo económico.
Fue un hecho la candidatura del gobernador Ziliotto que buscará la reelección, y esa definición verticalizó al peronismo. El dedo de la Plural puso a la vicegobernadora para garantizar esa imagen de peronismo provincial y fortalecer su capital electoral en General Pico. Se le dio forma a la lista de diputados (que todavía no está cerrada) y se bajaron los acuerdos, desde la “mesa chica” conformada por un representante de cada línea, hacia ciudades y pueblos. En las dos principales ciudades no hubo mayores novedades. El intendente Luciano Di Nápoli buscara la reelección en Santa Rosa y Fernanda Alonso en General Pico. En Santa Rosa hay chisporroteos. El marinismo y aliados buscan condicionar al resto con una supuesta interna para ampliar sus cargos futuros.
En los pueblos se buscó que se presente el mejor candidato. Se intentó un ordenamiento desde lo provincial. Sobre todo en aquellos donde había dudas del desempeño electoral o la situación interna era insostenible. El dedazo provincial llegó a Toay y Realicó, por ejemplo, donde se impuso candidatos a intendente. En General Acha, una localidad con una interna estructural, se organizó una lista de unidad, casi un milagro. En las localidades más chicas es donde afloran las internas, más por cuestiones personales que políticas. En estas se intenta evitar que haya dos listas, pero si no hay posibilidades, se declararían prescindentes y que se diriman las diferencias en una interna.
No tan Juntos por el Cambio
La oposición tiene otro escenario. Al empuje por el resultado conseguido en las legislativas de 2021, que había unificado a la UCR y el PRO detrás de un objetivo común, le siguió un estado de incertidumbre. Si en el PJ hay una tendencia al verticalismo, en Juntos por el Cambio se nota cierta dispersión. No hay un liderazgo que ordene. Una vez que se concrete el frente electoral esta semana, empezará la discusión de las listas. No está fácil, hay varios sectores que se disputan espacios.
Hubo ya algunos posicionamientos: el PRO lanzó a Martín Maquieyra como precandidato a gobernador, el senador Daniel Kroneberger intenta imponerse en la UCR como el nombre del consenso partidario. A la espera de definiciones están Martín Berhongaray y Juan Carlos Marino. El ex senador ya había anunciado que quería ser, pero según pasan los días todos ven más dudas que certezas. Todo indicaría que la interna sería la manera de dirimir la principal candidatura para ordenar los espacios en el frente opositor al peronismo. Maquieyra tiene toda la intención de presentarse.
Kroneberger se lanzó buscando ser el nombre que aglutinara a todo el radicalismo, pero no lo ha logrado. Los azules lo apoyan para que todo el radicalismo cierre detrás suyo una lista para después, unidos y fortalecidos, acordar frente al PRO un candidato radical. Los celestes, aliados con Marino, tienen la estructura radical y resisten la figura de Kroneberger. Afirman que en una interna “cerrada”, llevan las de ganar. La duda es si se animan a presentar finalmente un candidato.
Aquí también se conjugan distintas formas para organizarse en la dispersión. Sobre todo en una coalición donde coexisten desde los consensos como en General Pico o General Acha hasta las posturas irreconciliables como Guatraché donde habrá una lista radical y una PRO. Igualmente, más allá de los nombres, todavía no hay candidatos en unas quince localidades donde JxC no se ha logrado armar.Quedan nueve días para armar las listas. Hasta los últimos minutos del 22 de diciembre no hay que dormirse. En el peronismo saben que nadie, salvo el gobernador, tiene el lugar asegurado hasta que la lista está presentada, y en el radicalismo el juego de la rosca estira los tiempos de las definiciones hasta el último cierre de los plazos. Son nueve días que serán ajetreados.