Durante la jornada de ayer se dictaron tres condenas en Santa Rosa por situaciones de violencia de género y familiar. La pena más severa fue de un año de prisión de cumplimiento efectivo.
Las otras dos fueron en suspenso, incluyendo la de una madre que golpeó a su hija. Todas las causas se resolvieron por el procedimiento alternativo de juicio abreviado.
En ese tipo de procesos, las partes acuerdan los hechos, la calificación legal y la autoría –el acusado debe admitir su culpabilidad como requisito indispensable– y los jueces no pueden rechazarlos, excepto por algunas excepciones fijadas en el Código Procesal Penal de La Pampa.
Es una salida al conflicto penal que permite agilizar sustancialmente los tiempos procesales, y donde se tienen en cuenta las opiniones de las víctimas.
Primer caso
Así, un hombre de 35 años –con antecedentes registrables– recibió una pena de seis meses de prisión de cumplimiento efectivo por el delito de lesiones leves calificadas por la relación de pareja preexistente, en concurso real con amenazas simples, y en el marco de la ley 26485 de Protección Integral de las Mujeres.
¿Cuáles fueron los hechos? Hace un mes, el 14 de enero, el hombre culpó a su pareja por la caída de su bebé de lo que se conoce vulgarmente como ‘huevito’.
El agresor tomó una silla y comenzó a golpear a la mujer hasta que se rompió, lesionándola en distintas partes del cuerpo.
La víctima, para que no se le notaran los golpes, se puso una polera y un pantalón largo y le pidió al imputado que la llevara al hospital para que examen a su hijo. Posteriormente, llamó a su madre y le contó lo sucedido. Pasadas unas horas, Gómez comenzó a enviarle mensajes por Whatsapp diciéndole “si me denunciás va a quedar todo mal y voy a ir a lo de tu mamá”; “al pedo vas a querer que termine todo mal” y “tenés otro, por eso hacés esto”.
El abreviado fue acordado entre el fiscal Cristian Casais, la defensora oficial Silvina Blanco Gómez y el imputado, quien en 2013 había sido condenado a nueve meses de prisión efectiva por golpear a otra mujer a la salida de un boliche. Se trató de una pena unificada, ya que previamente había recibido otra condena. La sentencia fue firmada por la jueza de control, María Florencia Maza.
Cuando la víctima fue informada sobre los alcances del juicio abreviado, se mostró de acuerdo con el modo de cumplimiento de la sanción y pidió ser avisada cuando su agresor quede libre.
“No la vas a contar…”
En un segundo legajo, un hombre de 28 años fue condenado a tres años de prisión en suspenso, como autor de amenazas simples y lesiones graves calificadas, por la relación de pareja preexistente en concurso real entre sí; también en el marco de la ley 26485 de Protección Integral a las Mujeres.
Con las pruebas reunidas durante la investigación fiscal preparatoria, el juez de control, Carlos Matías Chapalcaz, acreditó que, durante una discusión, el imputado agredió a una expareja con golpes de puño en el cuerpo y en el rostro –provocándole una fractura cerca de un oído– y que le manifestó “te voy a cagar matando… no la vas a contar”. Como no quería irse, la víctima le pegó con un palo de escoba.
El juicio abreviado fue presentado conjuntamente por el fiscal Cristian Alejandro Casais, la defensora oficial Silvia Mariel Annecchini y el agresor.
Las partes también convinieron que Silva cumpla durante dos años con una serie de pautas de conducta (fijar residencia y someterse al cuidado de la Unidad de Abordaje, Supervisión y Orientación de Personas en conflicto con la ley penal; abstenerse de realizar actos de perturbación o intimidación respecto de la damnificada; y realizar un tratamiento psicológico).
La víctima, al ser anoticiada por la Oficina Judicial sobre ello, dio su consentimiento y expresó que no era necesario mantener una entrevista con el juez Chapalcaz.
Madre golpeadora
Finalmente, la jueza de control, María Florencia Maza, condenó a una madre a un año de prisión en suspenso por pegarle y arrastrar por el piso a su hija. A la mujer, de 31 años, se le imputó el delito de lesiones leves calificadas por el vínculo, por ser ascendiente de la damnificada.
El hecho probado, y valorado en el marco de la ley 26061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, se produjo cuando la acusada agredió a la menor de 12 años –después que le ordenara algo y ella fuera a jugarse con sus muñecas– , “tomándola del cabello y arrastrándola por el suelo hasta el comedor, donde la golpeó con puñetazos en el pecho y posteriormente con un cable, en distintas partes del cuerpo, generándole hematomas con escoriaciones en la zona posterior del antebrazo izquierdo”, según se detalló en el fallo.
El abreviado fue convenido entre el fiscal Marcos Sacco, el defensor oficial Juan José Hermúa y la imputada. Además a la madre se le fijaron reglas de conducta por dos años, entre ellas abstenerse de realizar “actos de molestias, perturbación y/o intimidación” en contra de su hija y efectuar un tratamiento psicoterapéutico.
También brindaron su consentimiento el representante legal de la niña (un abuelo) y la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, que informó sobre el proceso de revinculación entre ambas que está llevando adelante.
