border_color Por Margarita Cervio

Relatos de General Pico: La historia del transporte en la ciudad y la vieja Terminal de Ómnibus

Relatos de General Pico: La historia del transporte en la ciudad y la vieja Terminal de Ómnibus
18 Julio, 2021 a las 10:00 hs.

Lugar de encuentros, despedidas, alegrías y tristezas. Sin duda todas las emociones pasaron por este lugar. Antes de la pandemia casi 300.000 almas transitaban por la nueva terminal en un año. ¡Habría tantas historias para contar!

Pero vamos a ver cómo comenzó todo…

En la década del 40, un grupo de personas se reunió bajo la denominación de “Colectiveros Unidos”. Así se puso en marcha el primer colectivo, con capacidad para 30 personas, que cubría la línea General Pico a Santa Rosa.

El lugar de salida del transporte era la vereda del Hotel Sportsman, ubicado en calle 19 esquina 22.

El micro utilizado para la distancia de 135 kilómetros demoraba aproximadamente cinco horas, ya que los caminos eran de tierra con importantes lagunas, entre ellas “El Guanaco”, que según varias versiones era un lugar clave para detener la marcha por inundaciones.

Con el mismo uniforme se ve en la foto a Beto Lorenzatti (Cayito) y Toñolo quienes, con puños almidonados, y por esos caminos de tierra, fueron los primeros conductores que lucen felices en la confitería de nuestra primera terminal ubicada en calle 24 entre 13 y 11.

Tiempo más tarde se ampliaron las posibilidades de viajar a otros puntos de la provincia, entre ellos:

  • Línea Plumita que unía Gral. Pico – Ingeniero Luiggi a cargo de los hermanos Bosco.
  • Línea General Pico – América a cargo del Sr. Nieto.
  • Línea 25 de Mayo que unía General Pico – Catriló a cargo del Sr. Burgnone.
  • Línea 9 de Julio que unía General Pico – Caleufú a cargo del Sr. Alberto Lencioni.

Un dato importante es que ante la carencia de instalaciones, los pasajes se vendían en el domicilio particular de la familia Castro, ubicado en calle 18 entre 17 y 19, lugar donde actualmente funciona el Centro de Especialidades Médicas (CEM).

Años más tarde, en 1961, se produjo una huelga ferroviaria y por más de un mes los trenes no circularon. Esta situación obligó al gobierno provincial a buscar alternativas para llegar a Buenos Aires, entonces se instaló en General Pico la Empresa Chevallier. Y surgió otra necesidad: la de contar con una Terminal de Ómnibus.

Entre 1962 y 1963, bajo la gobernación del Dr. Amit, comenzó la construcción de la primera Terminal de Ómnibus para General Pico que se inauguró el 9 de julio de 1965.

Ubicada en calle 13 esquina 24, según algunos pobladores la terminal fue un lugar muy especial para nuestra ciudad.
Contaba con un edificio oval techado, en cuya parte central funcionaba la administración y los sanitarios. El primer administrador fue el Sr. Robles. En la parte del frente la primera oficina instalada fue Chevallier y en la parte de atrás el Sr. Pérez con “Colectiveros Unidos” y encomiendas.

En la foto de 1972, frente a la boletería se puede ver a Silvana Pérez y a Alejandro Peana Lorenzatti posando para sus padres, primeros ocupantes de la flamante terminal.

El ingreso de micros se realizaba por Calle 13.

Como se ha mencionado anteriormente, la primera empresa de larga distancia fue Chevallier, que tenía “doble servicio”. Éste funcionaba de la siguiente manera: como los caminos eran en su totalidad de tierra, el primer trayecto era desde General Pico a Trenque Lauquen, y allí se iniciaba el segundo cuando los pasajeros hacían trasbordo a otra unidad para arribar a Buenos Aires.

La Sra. Noemí Lorenzatti, para todos Mimí, tenía a su cargo la atención y venta de pasajes de la empresa Chevallier. Mimí permaneció en ese lugar 37 ininterrumpidos años.

Yo que tuve la suerte de trabajar en la vieja terminal, puedo decirles que no era tarea fácil para ella.

Las ventanas de la boletería se abrían a las cinco de la mañana todos los días y el diseño no acompañaba, los vidrios no tenían buen cierre y el frío en invierno era intenso, a tal punto que en un momento decidieron trasladar la oficina de venta de pasajes a la confitería.

En todos mis años de trabajo en la terminal, Mimí me recibía siempre con una sonrisa, con buen humor, su risa y su voz eran su sello personal.

Compartía instalaciones con el Sr. Rubén Pérez, encargado de encomiendas.

El restaurant estaba en el primer piso y sus propietarios fueron los Sres. Fontaine-Medina con la particular característica de “Menú Fijo” y en la planta baja la confitería estaba administrada por el Sr. Manuel Archanco, pariente de quien fuera hasta los últimos días de su vida el Administrador más querido de las dos terminales el Sr. Manolo Archanco. En la foto de la confitería se puede ver a Gonzales (Chofer del Dumas), Mimí Lorenzatti, Rubén Pérez, Dorita Trippi y Bosco del Plumita.

Aproximadamente dos años después de la inauguración y con algunas rutas de asfalto, se sumaron distintas empresas de larga distancia que se detallan a continuación:

Empresa TUS con destino a Córdoba a cargo de la Sra. Dora Tripa.
Empresa ROJAS con destino a Buenos Aires.
Empresa ANDESMAR con destino a Mendoza.
Empresa TICSA con destino a San Juan.
Empresa JOCOLI con destino a San Luis.
Empresa LINIERS con destino a La Plata.
Empresa ALTO VALLE S.A. con destino a Gral. Roca-Neuquén.
Empresa EL RÁPIDO ARGENTINO – COSTERA CRIOLLA con destino a Mar del Plata.
Empresa EL PETRÓLEO con destino a Neuquén.

Algunas de estas empresas con el tiempo suspendieron sus servicios y otras cambiaron de firma, tal es el caso de Empresa ROJAS que pasó a ser LA ESTRELLA- CÓNDOR, y DUMAS que pasó a ser DUMAS CAT.

Cuando comenzó la reforma de la primera Terminal de Ómnibus, en forma transitoria se alquilaron las instalaciones de un salón en calle 24 y 13 (justo enfrente) y a ese lugar arribaban los micros.

A aquellos pioneros las cosas no les resultaron fáciles. Parece increíble cuando cuentan que…

“Las comunicaciones telefónicas con las empresas para la reserva de pasajes, tardaban siete u ocho horas con el servicio de operadoras, hasta que en 1975 se comenzó a trabajar con equipos de radio”. Las costumbres y los tiempos de la gente, en aquellas primeras épocas eran tan diferentes…

Los pasajeros se preparaban para la aventura rogando buen clima. Cuenta Mimí que un día de lluvia aproximadamente a las 17:00 arribó el micro que debía llegar a las 9:30. Ante “la gran cantidad de agua y en la búsqueda de caminos alternativos, todo el pasaje se quedó en un campo compartiendo el almuerzo…”

Entre los personajes de la terminal siempre se destacaron los diarieros, desde Capital Federal llegaban por Chevallier La Prensa, Clarín, La Nación, y eran vendidos por Don Maximiliano Santos, propietario del Kiosco Santos, ubicado en calle 20 entre 17 y 15.

Nota aparte merece la nueva Terminal de Ómnibus con sus personajes e historias, pero ya llegará esa crónica.
Para cerrar, puedo decirles que para quienes trabajamos en una Terminal, ese lugar es un “mundito aparte”, la vida de una ciudad pasa por allí y con sólo sentarnos a contemplar sabemos de sus empresas, (Droguería Pico realizaba envíos todos los días a toda la línea Pico – Trenque Lauquen), de los gustos de su gente, de amores y tristezas, de bienvenidas y despedidas. Cuando vuelvan a una terminal tomen unos minutos para observar y verán…

Los que trabajamos allí formamos como una familia. Aunque el tiempo y la vida nos separen, los corazones siguen latiendo al mismo ritmo que el de nuestros compañeros de trabajo. Mi lugar estaba en el círculo que hoy luce tan bello en el nuevo Concejo Deliberante. Cierro los ojos y me veo, y veo a tantos que hoy ya no están…. Y recuerdo la peluquería, la cerrajería, el locutorio, los taxistas, a Raquel y a Norma, y Ramona Catalán limpiando y baldeando la plataforma de la vieja terminal, entre risas a pesar del frío. Las miraba con sus largas y brillantes cabelleras disfrutar con alegría ese trabajo duro y sacrificado en los inviernos piquenses… ¡Y cómo olvidarlas, si llevaban a cada oficina tortas fritas los días de lluvia…! (Y aún continúan sus tareas en la nueva terminal…) al querido Serafín Hidalgo cargado encomiendas, a Paoli de caminar apurado y mirada noble, Nene en el Dumas, y muchos más.

Son recuerdos de un General Pico hermoso, lleno de historias de personas anónimas para algunos e importantes para otros.

Fotos: Noemi Lorenzatti – Graciela Antenucci

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