Por Norberto G. Asquini

Bomba en Casa de Gobierno: de la broma al terror

Bomba en Casa de Gobierno: de la broma al terror
1 Junio, 2021 a las 12:21 hs.
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Norberto Asquini

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La bomba (que no era bomba) en Casa de Gobierno de La Pampa mostró una vez más la escalada de sectores de la extrema derecha en La Pampa. No fue una broma, más allá que la caja no haya tenido un artefacto explosivo. Fue un hecho de terror psicológico: luego de la explosión en un local partidario de Bahía Blanca, la amenaza escrita de un hecho semejante era creíble y posible, aunque no se cuente con la logística o los recursos para hacerlo.

No fue una broma, porque hubiera bastado un llamado telefónico alertando de la posibilidad, y sí fue un hecho de terror porque además apuntaba a crear temor en quienes transitan diariamente por Casa de Gobierno.

Este hecho se enmarca en dos cuestiones de contexto que ya se habían analizado durante la semana: el aumento de la tensión política en la provincia de los últimos tiempos, marcada por el cruce entre oficialismo y oposición en torno a la segunda ola de coronavirus; y el ingreso de un manifestante de los sectores negacionistas y covidiotas en plena conferencia de prensa del gobernador Sergio Ziliotto.

Se sabe de qué lado están estos sectores, o más bien células: quienes se adjudicaron el hecho hablaron de la amenaza de “socialistas y comunistas” infiltrados en las distintas fuerzas políticas, apuntaron con su terror a civiles (empleadas y empleados estatales que circulan por Casa de Gobierno), son anti-Estado y antiperonistas. Es una concepción ideológica irracional y violenta, antidemocrática.

Habíamos indicado que esta forma de entender la política está extendiéndose en el mundo. El periodista Pablo Stefanoni en su libro “¿La rebeldía se volvió de derecha?”, habla de la extrema derecha que quiere cambiar el mundo (a su manera) y mucha gente está convencida de que es necesario. Y para eso utilizan combinaciones de nacionalismo, posiciones antiestado, xenofobia, racismo y misogonia, con un aura de incorrección y novedad que atrae a los jóvenes. Son parte de una ola internacional que tiene entre sus grupos a los QAnon en Estados Unidos, los ultraconservadores y de extrema derecha antiinmigrantes o antiislámicos que hasta ganan bancas en los parlamentos y las agrupaciones violentas pro-Bolsonaro.

Sin bomba, estos sectores igualmente provocaron el efecto que deseaban y dejaron el mensaje que quieren dar. El de hacerse notar, el del terror. El de provocar pero además medir la reacción de las autoridades. Y con acciones que rompen con la convivencia democrática en una provincia en la que se podía ingresar a Casa de Gobierno casi sin inconvenientes. Las alertas están encendidas.

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