Este jueves por la tarde, la viuda de Samuel Prodolliet, Marcela Masmas quiso responder a los pedidos de disculpas de uno de los asesinos a través de una carta enviada de forma exclusiva a infopico.com.
En principio, Marcela Masmas indicó que “hoy se me pide perdón a mí, viuda de Samuel Prodolliet… y yo me pregunto ¿quién acaso soy, sino una pecadora más para no perdonar? Sí… yo debería perdonar todo el dolor que me ocasionaron. Tal vez, alguien les haya aconsejado como conveniente, pedirme perdón a mí en público, para librarse así de condenas…“.
Seguidamente, agregó que “el problema de ustedes aquí es que no soy yo precisamente quién les condena, sino que es Dios, Juez de toda justicia y el propio autor de la vida a quién ustedes han ofendido menospreciando la misma. Ese bien supremo que él nos regaló a todos y cada uno como hombres. Ustedes no cuidaron sus propias vidas, no cuidaron la vida de ese hijito que hace poco nació, no cuidaron la vida de sus compañeras, y menos aún cuidaron la vida de los demás, sus hermanos de raza, en este caso mi marido“.
“Dios tuvo tanto, pero tanto celo de este regalo, es decir el habernos hecho a nosotros a su propia imagen y semejanza, que nos prescribió cuidarlo con severísimo rigor. En el libro de Génesis Él dejó prescripto para aquel que derramare la sangre de otro hombre, que su propia debía de ser derramada. Él además estableció en esta tierra a las autoridades, jueces y magistrados como sus representantes para administrar estos principios de justicia” sostuvo la viuda de Prodolliet.
En esa línea, expresó que “el problema aquí no es de perdón o no perdón, el problema es, que a los ojos de Dios la tierra ha sido amancillada y envilecida por esa sangre de Samuel Prodolliet derramada. Tal como dijo Dios a Caín, el primer asesino de la historia en el libro de Génesis, luego que este asesinara a su hermano: “¿Qué has hecho Caín?, la voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra….“.
Finalmente, Marcela Masmas cerró redactando que “hoy esa sangre de Samuel que ustedes derramaron, grita al cielo desde nuestra amada y afrentada tierra de Pico, clamando por ser redimida, clamando por ser saldada“.
