Este lunes, Tomás Cisneros y su mamá, Patricia Gaiottino, dialogaron en exclusiva con “La Redacción” por INFOPICO RADIO 99.9 sobre todo lo vivido por el joven piquense, quien sufrió un grave infarto en agosto de 2020 que lo mantuvo internado durante 60 días, se recuperó y hoy nos contó cómo va su “nueva” vida.
A casi siete meses de aquella tarde en la que sufrió un cuadro cardiorespiratorio, hoy Tomás, sentado junto a su madre relata todo lo que le tocó vivir y asegura que está como está, no solamente por su esfuerzo, sino por el esfuerzo que ha hecho toda su familia, sus amigos, los médicos que lo cuidaron tanto en el Hospital Gobernador Centeno como en el Hospital Fleni y también gracias al equipo de kinesiología que estuvo junto a él durante todo su proceso de recuperación.
En primer lugar, Tomás se refirió al acompañamiento que recibió por parte de la comunidad piquense y sostuvo que en un principio tenía mucha confusión debido a los días que pasó en terapia pero cuando empezó a entender lo que estaba sucediendo a su alrededor le sorprendió que tanta gente se conmoviera por él. “Que tanta gente nos apoye, rece, pregunte y se interese es como chocante, pero una muy linda experiencia”.
En tanto, su mamá, Patricia dijo que “Tomi es un regalo del cielo, él es mi maestro porque cuando vos la peleas como la peleó él, que estaba que desahuciado, estuvo muerto literalmente hasta que empezó a pelearla cada vez más y pudo salir. Recuperó todas sus funciones, siempre con la ayuda de Dios. Tiene una fuerza interior que te contagia, es algo mutuo, nosotros tenemos un lazo muy lindo“.
“Somos una familia muy unida por las cosas que hemos pasado, hemos hecho experiencia del dolor. Uno nunca sabe que le va a pasar, nos tocó otra vez atravesar una situación difícil pero nos sentimos muy fuertes. Yo nunca dejé de creer que todo iba a estar bien“, indicó Patricia.
Y continuó, “siempre le digo que nosotros tenemos la bendición de estar cuidados por un ángel, que es nuestro ángel y creo que toda la fuerza que necesitábamos vino de ahí, otra vez no iba a pasar eso. Estamos bien, felices, agradecidos con ganas de vivir la vida, de compartir y contarle a todo el mundo de que pase lo que pase nunca hay que perder la fe, nunca está dicha la última palabra, sólo Dios sabe cuando”.
Respecto a la recuperación que todavía falta, explicó que si bien llevará un tiempo, Tomás está contento, “con ganas de empezar a estudiar y yo tengo ganas de empezar a trabajar, cada uno se va independizando. Lo más difícil yo creo que es la parte emocional, es un shock de golpe todo junto entonces hay que ir procesando lo que paso, ir acomodándose, eso es lo que más nos va a costar”, advirtió.
Por su parte, Tomás manifestó que tiene planes a corto plazo y que tiene pensado sacar algunas materias que le quedaron del secundario para poder terminar el colegio. Además planteó que si bien no piensa en iniciar una carrera le gustaría el día de mañana poder ir a presentar su currículum para un trabajo, ya que “antes no podía ni prender la computadora“.
“Es aprender todo otra vez, no solamente caminar y hablar. Ir al baño, cepillarme los dientes, sentarme en la silla, cosas que uno hace en su vida cotidiana pero todo cuesta y es por eso que todavia tan a futuro no estoy, estoy más centrado en lo que puedo hacer ahora“, explicó.
Asimismo, reconoció que es muy frustrante intentar hacer algunas cosas como antes y no lograrlo, “me acuerdo de que lo hacía de una manera pero el propio movimiento capaz que no te da el rango todavía y te da bronca porque decis ‘che si yo antes lo podia hacer por qué ahora no me sale'”.
Al ser consultado sobre los primeros recuerdos que tiene una vez que llegó al hospital luego de sufrir el infarto, el joven indicó que lo primero que recuerda es haber abierto los ojos y preguntar por su mamá. “Ella pudo entrar a la terapia y sé que le clavé los ojos y que no la paraba de mirar. Es lo que uno busca cuando nace, a su mamá“, expresó Tomás, quien volvió a nacer ese 23 de agosto.
En cuanto a síntomas previos que hubieran alertado que el joven pudiera llegar a tener algún problema de salud, su madre aseguró que no existieron y dijo que “Tomi fue diagnosticado en el Hospital Favaloro como uno de los que no necesitaba el cardiodesfibrilador que ahora tiene puesto”.
Por lo que explicó que luego del fallecimiento de su Bruno, a raíz de una muerte súbita, lo cual impidió que pudiera ser reanimado ya que estaba durmiendo y todos los esfuerzos fueron en vano. “Nuestra pregunta como familia fue qué pasó con Bruno, fuimos todos al Hospital Favaloro, recomendado por un cardiólogo de acá”.
Fue entonces que los estudios arrojaron que Lucas, el hijo mayor de Patricia Gaiottino y Javier Cisneros, debería colocarse un cardiodesfibrilador ya que presentaba una patología similar a la de su hermano Bruno. Se trata de una patología congénita por lo que él también corría el riesgo de tener una muerte súbita. “Eso se diagnosticó en diciembre y en febrero Lucas estaba con el aparato puesto”, sostuvo Patricia.
“A Tomi le diagnosticaron otra cosa, el no tenía la estructura de sus dos hermanos, no corría ese riesgo pero si se sabía que mis hijos habían heredado de mi parte, porque sufro arritmias eléctricas, todo este sistema cardiológico débil“.
Es por esto que le hicieron algunos estudios pero nunca le sugirieron que se colocara el cardiodesfibrilador ya que “no tenía el miocardio no compactado, que es lo que tiene Lucas, con un corazón sano. Bruno tenia lo mismo y ya tenía el corazón enfermo y nunca nos habíamos dado cuenta porque su aviso fue una muerte súbita”, manifestó.
“Tomi había estado internado el día anterior al infarto porque había tenido vomitos y eso pudo haber acelerado su arritmia aunque ahora es incomprobable. El día domingo por la tarde él se sintió mal, cayó desmayado y empezó a tener apneas y a infartarse”.
En tanto, su mamá explicó que “fue igual que su hermano, hizo una muerte súbita. No había una forma de prevenirlo, se descubrió que hizo un QT largo, fue un problema eléctrico del corazón“.
En tanto, se refirió a cuánto cree que tiene que ver la fe en este tipo de situaciones y aseguró que piensa que “todo pasa por creer en que va a estar todo bien, por sentir que nunca estamos solos, que el único que puede cambiar el trayecto de las cosas es Dios, de hecho los diagnósticos eran muy desalentadores“.
“Cuando arrancó todos saben que estuvo un mes en terapia pero además dentro del mes que estuvo ahí estuvo 23 días sin orinar, tuvo una neumonía donde no le bajaba la fiebre, perdió todas sus funciones vitales y las recuperó. Estaba hablado que iba a ser un chico con cuadriplejia, no había muchas esperanzas y él empezó a mover todo, los médicos se sorprendían“.
Sobre el final, Tomás comentó que “todo lo que habíamos pasado como familia nos había enseñado bastante, pero cuando pasa el tiempo se pierde un poco, uno está en otra, vamos a la joda con los amigos y a la familia la deja un poco de lado pero yo creo que ahora, si bien extraño a mis amigos y juntarme, valoro mucho más el tema de la familia y lo importante que es tener una familia que te diga que te cuides”.
Finalmente y entre varios agradecimientos, remarcó un saludo especial para la persona que le salvó la vida, se trata de su mejor amigo que fue quien se encontraba con él al momento de desmayarse y logró mantenerlo con vida hasta que la ambulancia acudió al lugar, “gracias a él estoy acá, si no estaba para hacerme la reanimación creo que no estaría, a él también le debo la vida igual que a ellos“.
