Elizabeth Gómez Alcorta sobre el aborto: “No hay ni una sola chance de que esta ley se declare inconstitucional”

Elizabeth Gómez Alcorta sobre el aborto: “No hay ni una sola chance de que esta ley se declare inconstitucional”
2 Enero, 2021 a las 19:40 hs.

  • A días de aprobada la Interrupción Voluntaria del Embarazo, la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad aseguró que es una ley “sólida”.

-Al final el año no terminó tan mal.

-No, claro que no. Siempre que se conquistan derechos es positivo. Ha sido un año durísimo. No sólo en términos económicos para el pueblo argentino sino con muchas pérdidas en términos personales. Terminar el año de esta manera, no es que lo compense, pero es una de las pocas buenas noticias del año, y además coincidió con el comienzo de la vacunación.

-Volvamos al comienzo. El aborto fue una promesa de campaña de Alberto Fernández que al asumir volvió a ratificar. ¿Cómo fue el proceso de redacción del proyecto?

-En febrero se armó un equipo de trabajo con la Secretaría Legal y Técnica, el Ministerio de Mujeres y Salud y se partió de un texto base a partir de los consensos a los que se había llegado en 2018. A la par se formó otro grupo con el Ministerio de Desarrollo para el proyecto de los Mil Días. Se trabajó hasta marzo. El presidente, en la inauguración de las sesiones legislativas, lo anunció. Se iba a presentar a las dos semanas, pero vino la pandemia.

-¿Cómo se decidió no presentarlo?

-Lo decidió el presidente. Estaba cerrado el Congreso. Nadie podía ir a trabajar. Aparecieron una enorme cantidad de desafíos, desde decretar el aislamiento obligatorio hasta el cierre de fronteras. El tema se corrió, pero de forma natural. Cuando el Congreso volvió a funcionar nos volvimos a preguntar cuándo mandar el proyecto. Lo que teníamos claro era que se tenía que mandar y tratar. En 2018 el debate había sido muy largo, mucho más que con cualquier otra ley, con una enorme cantidad de expositores. Así que la estrategia era presentar los dos proyectos juntos (el de IVE y Mil Días) y que se trataran de la forma más rápida posible. La decisión dependía del funcionamiento del Congreso. No queríamos que se presentara y no se tratara, que quedara allí sin tratar hubiera sido descuidar al proyecto y hubiera generado riesgos en los consensos. Mucha gente quería que al menos se presentara, pero hubo acuerdo para que no fuera así, aún cuando estaba en juego la palabra del presidente, que se había comprometido a presentarlo.

-¿Esperaron a tener los votos para presentarlo o las negociaciones fueron después?

-Hubo dos reuniones, una con el presidente de la Cámara de Diputados y otra con la presidenta del Senado para ver cómo estaban las condiciones en ambas cámaras, porque esa información la tienen ellos. Hicimos un trabajo de poroteo preliminar, sobre todo con aquellos que no habían votado en 2018. Llamamos, preguntamos, queríamos saber cuáles eran sus posiciones. La información era bastante alentadora, y eso que nadie conocía el proyecto, que sólo habían leído el presidente, el equipo de Ginés, Vilma y nosotras. Con esa información, a principios de octubre, se lo llevamos al presidente. A partir de ahí, y viendo que bajaba la curva de contagios, y ya estaban los anuncios y acuerdos con las vacunas, el presidente tomó la decisión del envío.

-Se dice que hubo presiones partidarias de los dos lados, que Macri llamó personalmente a legisladores para no darle un punto a este gobierno. Y que Alberto presionó porque si no salía la ley se “caía el gobierno”… ¿Fue así?

-Si 35 diputados y diputadas del Frente de Todos votaron en contra es más que evidente que no hubo presiones. El presidente del bloque del Senado (José Mayans, también del Frente de Todos) cerró el debate en el recinto votando en contra. Tiene que ver con que es una ley que atraviesa y corta de un modo distinto a cualquier otra ley. Es imposible pensar que alguien cambiara su posición porque se lo pidió Macri o el presidente.

-¿El día de la sesión ya sabían que se aprobaba?

-Sabíamos que estábamos bien. En 2018 se perdió por siete votos y ahora se ganó por 9. Eso es lo que cambió en dos años, Y eso legitima mucho el proyecto, le da contundencia. El gran paso se dio en 2018, cuando se sacó al aborto de la clandestinidad y dejó de ser un tema tabú. Ahora ya no fue necesario. Sólo se trató en el ámbito del parlamento, y estuvo bien. Todo lo que había que decirse ya estaba dicho, Hubo un recorrido que empezó con los movimientos de mujeres, de la Campaña Nacional. No fue magia, fue lucha.

-¿Se pudo lograr ahora porque en el Congreso hay más paridad, por la cantidad de funcionarias, porque hay un Ministerio de Mujeres?

​-La senadora (Eugenia) Catalfamo, que es la más joven, habló de eso. Hizo el corte de cómo votaban las mujeres, y más del 70% de las mujeres votaban a favor. También tiene que ver la cuestión generacional. Hay cuatro senadores sub 40 y los cuatro votaron a favor. Pero también hay que decir que gracias a los movimientos de mujeres, el Ni Una Menos del 2015 y toda esa fuerza es que hay un Ministerio de Mujeres.

-Quienes se oponen a la ley adelantaron que se va a declarar inconstitucional.

-Pueden intentar obstaculizar. Lo lamentamos, porque el ámbito de la discusión fue el Congreso. Así como en 2018 el movimiento de mujeres lo aceptó y esperó hasta que la democracia le diera otra oportunidad para que sea ley. El proyecto es muy sólido legal, constitucional y convencionalmente. Tan sólido es que hace 99 años Argentina tiene abortos legales por causas y si en 99 años jamás se declaró inconstitucional el Código Penal quiere decir que no hay ni una sola chance de que se pueda declarar inconstitucional. La parte de la despenalización de la ley no requiere reglamentación porque las leyes penales no se reglamentan. Así que desde el día siguiente de la promulgación, cuando entra en vigencia, deja de ser un delito.

-¿Qué día va a ser?

-Cuando la promulgue el presidente. Por ley son diez días hábiles, será muy pronto. Todas las causas penales del país se caen, y son retroactivas, porque esta es una ley penal más benigna. Hay muchísimas causas contra médicos y médicas y contra las mujeres y personas gestantes.

-¿Y el acceso a la interrupción?

-Va a depender de cada jurisdicción. Hay muchas que aún no tienen el protocolo de ILE (Interrupción Legal del Embarazo). La distribución del misoprostol sí va a quedar en manos del Ministerio de Salud de la Nación. Hay lugares en los que el acceso ya está muy bien, como Caba, Rosario, Buenos Aires. En los otros se deberá trabajar.

-Rita Segato dijo que obligar a gestar era como la esclavitud para las mujeres.

-Este derecho nos hace más libres, sobre todo del mandato de la maternidad. Maternar social y culturalmente en nuestro país no implica solamente estar embarazada y parir sino ocuparnos de los cuidados casi con exclusividad. Entender la maternidad solo como estar embarazada y parir es una mirada corta de lo que implica para las mujeres la maternidad. El Estado debe acompañar a cada mujer en su proyecto de vida. No hay dudas que la posibilidad de desear y decidir es central para entender por qué las pibas de acá en adelante van a ser más libres.

-¿Que en Argentina el aborto sea ley ayudará a los países de la Región a conquistar este derecho?

-No tengo ninguna duda. Durante la sesión y apenas se aprobó me mandaron mensajes de España, Bolivia, Cuba, México, Chile, Perú. Todas las compañeras diciendo que latinoamérica nos estaba mirando, y la implicancia que tenía para las luchas de la región. La Historia con mayúscula va hacia la legalización. El aborto en algunas épocas fue legal, en otras fue ilegal, y siempre correspondió a cuestiones religiosas, morales, de necesidades demográficas. La historia en esta etapa va hacia la legalización. Como decía Pino (Solanas), “más temprano que tarde, toda latinoamérica va a ser verde”. El mundo se pinta de verde.

Fuente: Clarín.

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