Este domingo, una vecina piquense Sonia Byrne elaboró una carta pública de agradecimiento infinito para todas las personas que la ayudaron a sobrellevar su estadía internada ya que contuvo COVID-19.
En primer lugar, indicó que “quisiera agradecer a todo el personal de Salud pública de nuestra ciudad. A todos por todo lo que hicieron durante estas tres semanas por mi”.
De ese modo, explicó que “el día 9 de noviembre arranque con síntomas muy fuertes como dolor de cuerpo, fiebre, irritación en mi cara, tos y diarrea, debido a mis síntomas me hisoparon y el resultado fue positivo, ahí comenzó mi pesadilla que aún no termina. Lamentablemente viví situaciones que jamás imaginé pasar, pero bueno, me tocó…”.
En esa línea, Sonia agregó que “soy joven, aún no tengo ninguna patología de ninguna enfermedad de base, cuento esto porque quiero agradecer al SEM, operadoras, enfermeros, choferes que en cada ocasión que lo llamamos ahí estuvieron. Quiero agradecer a la operadora que más de una vez contuvo a mi hijo de tan solo 11 años tranquilizandolo hasta que llegaran”.
Por otro lado, aseguró que “vivir el pánico y la sensación de sentir que me moría fue terrible pero ellos fueron los que me calmaron y estabilizaron para que pueda estar bien. También quiero agradecer al doctor Elías Aller, del CODES General Pico quien me acompañó telefónicamente todos estos días y también vino a verme. A la operadora Marcela que cada día estaba ahí conteniendome para que no desespere”.
A su vez, Sonia contó que “con el pasar de los días se complicó un poquito mi situación, me llevaron a hacerme una tomografia y sacarme sangre. Gracias al chofer de la ambulancia que anduvo conmigo para todos lados. Como la tomografía demostró que tenía líquido en ambos pulmones decidieron llevarme al Hotel Pico para darme otra medicación ahí. Aguardó mi llegada el doctor Sebastián Feroglio, neumonólogo. Gracias a las dos chicas enfermeras, las cuales cada vez que necesitaba ahí estaban, una de ellas Alejandra Barroso. Gracias por tanto amor a su trabajo, a la gente del Hotel excelente atención”.
“Después mi situación no era muy favorable y decidieron trasladarme al Hospital modular, ese día sí que sentí miedo, pero las palabras de aliento de enfermeras y enfermeros que me recibieron me dieron un poco de paz” sostuvo.
También, aprovechó la oportunidad para “agradecer al apoyo incondicional de mis compañeras/os del Centro de Salud Mauricio Knobel, que es al que yo pertenezco hace once años. No tengo palabras para decirles, el gracias queda chiquito. En especial quiero agradecer a mi compañero el doctor Fredy Torales por su inmensa humanidad por preocuparse cada día. A doctora Martita Fardín por cada llamado y palabras de contención. Mi compañerita de farmacia, una genia Claudia Lucero que se bancó su turno y el mío. Y mis héroes, los más lindos que me regaló la vida: mis dos niños a vos, Ben, que me cuidaste cada día, tan pequeño. A vos Facu, hijo, por hacerte cargo de todo. Junto a Mar, mi nuera que hizo todo y más”.
Por último, Sonia añadió que “no me voy a cansar de decirles gracias a nuestros médicos, enfermeros, camilleros, choferes, personal de cocina, limpieza porque cada uno de ustedes es muy importante. Porque tengo el orgullo más grande de este mundo de pertenecer a y ser parte de Salud pública. ¿Quién dijo que no estaban organizados? ¿Quién dijo que no había equipo? La verdad que hay que vivir de cerca para saber. ¡Quiero aplaudirlos de pie! Y decirles gracias por ayudarme a volver a mi mundo”.
