Julián Álvarez tiene 20 años y es una de las grandes promesas de Marcelo Gallardo para River Plate. Así lo demostró el jueves pasado en San Pablo, cuando marcó el segundo tanto para el equipo Millonario, y el martes, cuando anotó el tercero ante Binacional. Pero, además de ser buen futbolista, el joven se destacó afuera de la cancha con un gesto que hizo emocionar su director técnico de la infancia.
El delantero cordobés sorprendió a Hugo Rafael Varas, quien fue su director técnico en Calchín durante su infancia, con una camioneta para realizar su trabajo. El hombre de 50 años, además de trabajar en una escuela de fútbol y en la municipalidad de la ciudad, vende mercaderías a las despensas y supermercados del pueblo. Sin embargo, últimamente se le dificultaba el trabajo porque contaba con un auto chico, donde no cabían todos los productos que necesitaba trasladar.
“El sábado a la tarde me llega un mensaje del papá [de Julián] que decía: ‘Esperame en tu casa’. Lo esperaba con los mates para hablar, seguro de fútbol, pero cuando llegó empezó a tocar la bocina”, contó Varas en una entrevista con Canal 12, de Córdoba.
Fue entonces cuando el padre del delantero de River le dijo: “Este es el regalo de Julián para que sigas trabajando”. Hugo admitió que su emoción había empezado el jueves, cuando el joven de 20 años marcó un gol ante San Pablo, pero, al ver su sorpresa, el sentimiento se extendió y no pudo parar de lagrimear.
“Era la noche del sábado y todavía nos abrazábamos y llorábamos”, relató el DT, quien consideró que la actitud de Álvarez fue un “gesto impresionante” e “hizo realidad lo que estaba buscando”.
La relación con Julián Álvarez
Varas acompañó al futbolista en Calchín hasta sus 15 años, cuando se trasladó a la pensión de River. Recordó que, en ese entonces, tuvo muchas pruebas y “todos lo querían pero él esperó su momento”. Como fanático del Millonario que era, se levantó una mañana y decidió optar por el club que ahora lo tiene como una de sus figuras.
“Tuve la suerte de cruzarme en su camino”, consideró el agasajado con una camioneta modelo Kangoo. Contó además que a Álvarez lo une no solo lo futbolístico, sino una amistad familiar de muchos años.
“El pibe lo hace de corazón, acá no hay propaganda”, contó Hugo quien, cuando todavía lloraba de la emoción por la sorpresa que había recibido, llegó el llamado de Julián. “Quisimos hablar, pero me emocioné mucho y fue todo gracias, gracias”, relató.
El DT y repartidor de mercadería opinó que al joven de 20 años “no solo le va a ir bien futbolísticamente, sino también en su vida por la gran persona que es”. En ese sentido, concluyó: “Es un puntapié para que los más chicos sigan sus pasos. Que con humildad y trabajo se puede llegar a dónde él está y con buenos valores”.
