Se trata de la carragenina, un medicamento por vía nasal aprobado por la ANMAT para el resfrío común. Infobae dialogó con el director del ensayo sobre los avances de la investigación realizada por científicos argentinos.
Seis meses después de su irrupción en el escenario mundial, el COVID-19 -enfermedad pandémica infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2- afecta a más de 30 millones de personas en todo el mundo. Para ser precisos, según cifras de la Universidad Johns Hopkins, contabiliza en su haber 30.9 millones de casos confirmados, 958 mil muertos y 21 millones de recuperados hasta hoy. Justamente estas cifras incesantes, imponen la necesidad urgente -y aún insatisfecha- de proporcionar un medicamento asequible para prevenir la transmisión y proveer un tratamiento -en este caso en la etapa temprana- para este mal que originó la pandemia global. La carragenina de la mano de científicos argentinos por vía nasal parece venir a llenar algunas de estas expectativas.
De acuerdo a un nuevo estudio multidisciplinario e internacional entre los que se encuentra el médico argentino Juan Manuel Figueroa, como parte del grupo de Investigación Respiratoria de la Fundación Pablo Cassará: “La cavidad nasal y la rinofaringe son los sitios de replicación inicial del SARS-CoV-2 y por tanto, un aerosol nasal puede ser una forma de dosificación adecuada para combatir el nuevo virus”.
Según explica el flamante paper científico, publicado en BioRXiv, sitio médico de preimpresiones, “el objetivo principal del estudio fue probar la acción antiviral de tres formulaciones de aerosol nasal candidatas contra el SARS-CoV-2, y se observó que el compuesto iota-carragenano en concentraciones bajas inhibe la infección por SARS-CoV-2 en cultivos de células. Las concentraciones que se encuentran activas in vitro contra el SARS-CoV-2 pueden lograrse fácilmente mediante la aplicación de aerosoles nasales ya comercializados en varios países. El xilitol ha demostrado ser viricida por sí solo y la asociación con iota-carragenina también resultó ser beneficiosa”.
La carragenina es un polisacárido derivado de las algas rojas (musgo irlandés o musgo carrageen). Lo comenzaron a usar en Irlanda, en el pueblo de Carrageen, para hacer flan, ya que es un espesante. A partir de allí se difundió su uso, y está aprobado por la OMS y la FDA. Muchas de las salsas, mayonesas, embutidos, e incluso varias de las leches maternizadas tienen carragenina. Se usa también en cosmética, en cremas, geles, y recién a partir de la década de 1960 se describió que tenía actividad antiviral contra múltiples virus respiratorios.
Según especifica el paper científico en sus conclusiones, el compuesto Iota-carragenano inhibe el SARS CoV-2 in vitro en concentraciones fácilmente alcanzables mediante formulaciones nasales y de nebulización. Además, y a sabiendas que el xilitol también exhibe actividad antiviral sobre el SARS-CoV-2, una asociación con iota-carragenina puede resultar beneficiosa. Ya existen en el mercado aerosoles nasales con formulaciones similares a algunas de las probadas en este estudio in vitro con un perfil de seguridad adecuado. Se están realizando ensayos clínicos para evaluar que los aerosoles nasales basados en las formulaciones probadas sean útiles en la prevención y el tratamiento de COVID 19. Los datos presentados son ciertamente alentadores.
Consultado por Infobae, Juan Manuel Figueroa, médico neumonólogo, jefe de Neumonología Infantil del Hospital de Clínicas José de San Martín y director clínico del proyecto de Fundación Cassará explicó en referencia al flamante hallazgo del trial: “Nosotros empezamos a estudiar y trabajar con esta sustancia en el año 2015, en el centro de investigaciones respiratorias de la Fundación Cassará; y allí describimos que la carragenina impedía en cultivo de células respiratorias, que éstas fueran infectadas por el virus de la influenza y se inflamaran”.
En este sentido Figueroa comentó que ya existían en otros países sprays nasales para uso clínico, y en el caso argentino se lanzó en 2015, al recibir la aprobación de la ANMAT, y se utiliza para las infecciones habituales de las vías aéreas superiores. Y está aprobado incluso en niños a partir de un año de edad; que lo convierte en un medicamento seguro y de uso frecuente.
“Como justamente está descrito que esta medicación es efectiva contra el coronavirus común que produce el resfrío convencional, nos planteamos si podía ser también efectiva para el manejo del COVID-19. Como en la Argentina, al inicio de la pandemia no se podía trabajar con el virus en el país, nos asociamos con un centro de investigación de la Universidad de Tennessee, Estados Unidos, para ver la efectividad del spray que ya estaba disponible y lo probamos contra el virus SARS-CoV-2. Se calculó la misma concentración de medicamento que queda en la cavidad nasal y nasofaringe, cuando uno se aplica el spray de la manera que ya está aprobado por la ANMAT”, precisó a Infobae.
De acuerdo al neumonólogo, “se hicieron los experimentos en los Estados Unidos y lo que se vio es que concentraciones hasta 100 veces menores impidieron que el virus infecte los cultivos de células. Teniendo esa información de estudios experimentales in vitro, empezamos a proponer los ensayos clínicos, que se vienen realizando desde principios de mayo, donde la hipótesis es que como el virus ingresa por las fosas nasales, luego se replica en la cavidad nasal y la nasofaringe. ¿Qué significa esto? El virus entra a una célula, se multiplica por cientos y sale de la célula porque “se daña” tanto que explota y todos esos virus que se han multiplicado infectan a las células de al lado, y así es como el virus va progresando”.
Una hipótesis que maneja el grupo de científicos que estudia a la carragenina es que si la cavidad nasal está tapizada con este spray de carragenina, se evita que se contagie la persona por los virus que vienen de afuera o que si ya está contagiado cuando las células explotan y liberan su propio virus se queden bloqueados por esta sustancia, y no infecten a las células de al lado. “El mecanismo del virus como el SARS-CoV-2 es por cargas electrostáticas. Los virus tienen una carga, la carragenina tiene otra contraria, entonces este compuesto se pega y lo tapiza; si el virus está tapizado no puede entrar a las células, ya que necesita pegarse a ellas con determinados receptores de las células, con los receptores ACE2, distintos compuestos, y si está tapizado esto no sucede”, advirtió el experto.
El doctor Figueroa insistió: “La idea es prevenir el desarrollo de la enfermedad en la gente que tiene alto riesgo de contagio. Por eso es que tenemos ensayos en personas que trabajan en los hospitales, para ver si de esa manera conseguimos evitar que la gente se enferme y evitamos quedarnos sin recursos para el manejo de los pacientes”.
“Se hace la aplicación del spray de acuerdo a lo que está indicado por el prospecto durante 21 días y vemos por un lado cuánto de ese personal se terminó enfermando; y el otro objetivo es ver si se enferman los que se enferman igual -sería difícil que esto tenga una efectividad del 100%- o que por lo menos tengan una enfermedad más leve. Se sabe también que la severidad del enfermo tiene que ver con la cantidad de virus que se multiplica al principio en la cavidad nasal y nasofaringe”, añadió el médico neumonólogo.
La meta que plantean los investigadores es bloquear con el spray la multiplicación de los virus y que si una persona se enferma, curse la afección de forma leve. Este ensayo está en curso en varios hospitales de la Capital Federal, de la provincia de Buenos Aires, en algunas provincias del interior; hay un cálculo de pacientes que participan de este estudio randomizado doble ciego versus placebo, el estándar más alto de calidad con el que se puede hacer un ensayo para una medicación y todavía se siguen incorporando centros de salud. No se incorporan individuos particulares, sino hospitales donde los trabajadores, médicos, enfermeros, mucamas que quieran son sorteados para usar la medicación activa o el placebo.
El equipo de científicos liderado por el doctor Figueroa y el grupo de Investigación Respiratoria de Cassará no es el único que ve un gran potencial en las drogas antivirales como la carragenina: un grupo de médicos de la Universidad de Buenos Aires, que trabaja en los hospitales, Dr. A. Eurnekian de Ezeiza, y Dr. Francisco Javier Muñiz, también desarrollaron un protocolo de tratamiento eficaz para prevenir el SARS-CoV-2, mediante el uso de drogas ya conocidas y aprobadas por la ANMAT, que se aplican en forma oral o por spray nasal.
En el protocolo utilizaron la ivermectina y la carragenina, interesante combinación terapéutica, ya que se trata de drogas ya aprobadas por las entidades regulatorias nacionales e internacionales, y cuyas propiedades antivirales ya son comprobadas para otros virus y/o afecciones.
“Desde el 27 de mayo pasado se comenzó a utilizar la droga ivermectina para dos protocolos distintos: uno de prevención y otro de tratamiento. Por el lado preventivo, está destinado únicamente para personal de salud, que son los que se encuentran en la primera línea. Y en el caso de usarlo como tratamiento, está destinado a pacientes cuyo hisopado dio positivo por COVID-19”, explicó a Infobae, en el mes de julio pasado, el doctor Héctor Carvallo, coordinador académico del Hospital Eurnekian, ex profesor de medicina de la UBA y actual profesor de medicina de la UAI y de la UM.
“La ivermectina la aplicamos en forma oral (en gotas o comprimidos) y luego utilizamos un spray nasal, que es una solución fisiológica con carragenina que se aplica en nariz y boca, este compuesto interactúa con las cargas positivas de la superficie de las partículas virales previniendo la penetración de los virus en las células del huésped”, detalló Carvallo.
Figueroa por su parte sobre las últimas investigaciones con carragenina detalló que, “las investigaciones todavía están en curso, y seguimos incorporando otros centros de salud. De los contagiados con COVID-19, un 80% tienen enfermedad leve, y el otro 20% tienen formas severas. De este 20% dos tercios requieren internación, oxígeno y después mejoran; y un tercio terminan en terapia intensiva con respirador y tienen una mortalidad importante”.
“Se sabe que la mala evolución tiene que ver con la cantidad de virus que tienen en su cavidad nasal y nasofaringe al momento de enfermarse. Después cuando entran en terapia ya tienen el virus en los pulmones. Es decir que, lo que muestran los estudios científicos es que si hay al principio mucho virus en la nariz, en la cavidad nasal, es más fácil que pase a los pulmones, al resto del organismo y el individuo tenga una enfermedad severa”, añadió.
Fuente: infobae.com