Crónicas de La Pampa: Un goleador, su manto sagrado y una curiosa condición para hacer historia en Nápoles

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4 Agosto, 2019 a las 13:00 hs.

El “Pampa” Sosa fue tentado por una propuesta, un sueño y quizás una esperanza disfrazada de invitación a la gloria. “Fui a festejar, me saqué la camiseta, se la mostré a los hinchas. Lloré como un nene porque realmente es un recuerdo. La camiseta la tengo autografiada y dedicada hacía mí” aseguró emocionado el artillero. Recordará ese instante para toda la eternidad. Tiene el orgullo de contar que fue el último jugador en usar la camiseta “10” del Nápoli. Es argentino, pero sobre todo de La Pampa. 



A veces un relato potente comienza con un sueño lejano. Algo impensado. Tal vez un anhelo, un pedido y el fútbol, siempre el fútbol.

Sin dudas, este deporte moviliza pasiones imposibles de dimensionar, muchas veces basta con sólo sentirlas. Y “El Pampa”, a su manera, lo hizo.

Roberto Carlos “Pampa” Sosa nació en Santa Rosa el 24 de enero de 1975, debutó en All Boys de esa misma ciudad y pese a jugar en distintos equipos con rendimientos dispares, protagonizó una linda historia en Nápoli, el club donde Diego Armando Maradona, aún por estos días, se erige como leyenda. Para muchos, está a la misma altura que el mismísimo Dios.

Antes de tener su momento épico, el “Pampa” debutó en Gimnasia y Esgrima de La Plata en el año 1995 y marcó sus primeros goles que le dieron cierta notoriedad a nivel nacional.

Luego de tener una gran temporada en 1998 con el equipo platense, llegó a vestir la camiseta de la Selección Argentina y tuvo su primera experiencia en el exterior. Un premio bien merecido para el nacido en La Pampa.

En aquel tiempo, Sosa llegó al club Udinese como una promesa que haría delirar a los hinchas a fuerza de goles. Sin embargo, en el equipo italiano, el “Pampa” apenas mostró destellos de su calidad, pero firmó buenos números.

Posteriormente, tras la partida de Martín Palermo de Boca Juniors, el “Pampa” retornó al fútbol argentino en 2002 para triunfar en el Xeneixe. Lamentablemente, el jugador surgido de All Boys no tuvo un buen paso: jugó solo siete partidos y no pudo convertir ningún gol.

El “Pampa” volvió a Gimnasia de La Plata y tras un breve paso, volvió a Italia. Allí pudo desarrollar su carrera en Áscoli y Messina, equipos del ascenso italiano. Sin sobresalir, Sosa seguía con su sueño de triunfar.

Hasta aquí, la carrera del “Pampa” Sosa era la de un jugador promedio, hasta que vino una propuesta, un sueño y quizás una esperanza disfrazada de invitación a la gloria.

Hace poco tiempo, a través de una entrevista en un medio de comunicación, el “Pampa” contó detalladamente cómo llegó a Nápoli, el escenario que iba presentarse para que soñara en grande. De todos modos, significaba una apuesta. El conjunto del sur de Italia, donde había brillado Diego Armando Maradona atravesaba su peor momento. Luego de innumerables problemas económicos descendió de categoría y debía disputar la Serie C.

“Se había cerrado el libro de pases y yo ya me había vuelto del Messina al Udine. Me presento a hacer la preparación como corresponde cada año en la pretemporada. El técnico era Luciano Spalletti. Ese año el Udinese jugaba la Copa UEFA. Ahí ocurre lo impensado para cualquier otra federación del fútbol, cuando un equipo no paga sus deudas lo mandan directamente varias categorías para atrás. Ese fue el caso del Nápoli” relató Sosa.

Del mismo modo, agregó que “Pablo Marino, que fue el que me llevó a Udinese, el que me vino a ver a jugar en Gimnasia”. Le dijo que “el primer jugador al que quiere llevar es a mí. Mis primeras palabras fueron que ‘no…’ de no querer ir… No quería ir a jugar a la C, no tenía nada contra Nápoli, pero no quería jugar en la C y él me dijo que vaya con él a Nápoli” explicó, a la vez que sostuvo que Marino le afirmó que se iba a transformar en el “Rey de Nápoli”.

“Entonces acepté, pero le pedí un solo favor… porque yo sabía de la historia de la 10 de Diego (Maradona). Yo sabía que en la Serie C había que jugar con números del 1 al 11 y pedí que el último partido en el Estadio San Paolo, antes de ascender a la Serie B, yo pueda jugar con la número 10” expresó el “Pampa”, como intuyendo de que algo pasaría.

Asimismo, indicó que “no es un número más en Nápoli, porque representaba también jugar por última vez con ese número en el Estadio del Nápoli”.

Antes del comienzo del partido decisivo, Sosa experimentó “la tensión… por ahí mis compañeros que me cargaban” detalló, a la vez que relató que “yo no era capitán, pero el capitán, Francesco Montervino decidió que yo fuera capitán. Eso llevaba a que tuviera que jugar de titular. Porque del 1 al 11 jugaban los titulares y yo no venía jugando de titular. O sea que tuve que hablar también con el técnico y decirle ‘el domingo yo juego’. ‘Juego yo y con la 10 del Nápoli’. Así que cuando tenía esas dudas yo volví al pacto que tenía con el Director Deportivo y le dije: ‘el técnico está dudando un poquito así que anda a darle el último empujoncito porque yo el domingo quiero jugar y con la número 10’” aseveró.

Con un marco único, el partido se disputó un 30 de abril de 2006, frente al exótico y complicado Frosinone. Se disputaban un ascenso. “Jugué ese partido e hice un gol. Aparte hice un gol, que con todo el respeto lo digo, fue maradoniano. El arquero sale mal, la pelota queda picando fuera del área y yo se la tiré por arriba. No me acuerdo cómo le pegué, de qué manera o cómo puse el pie, pero lo cierto es que los defensores corrían hacia el arco y la pelota se metió por arriba de una manera maradoniana. Algo que es difícil encontrar en mi carrera un gol de esas características” contó emocionado el “Pampa”.

En ese momento de magia “se me vino a la cabeza todo lo que había esperado para llegar a jugar ese partido. La cancha explotaba. Fue un grito impresionante de todo el Estadio. Me llegó la emoción de ese número mágico porque es la camiseta del Nápoli, más el número. Es una combinación explosiva” definió con palabras Sosa, como si tuviera un arco enfrente.

Luego de ese instante de furor, “fui a festejar, me saqué la camiseta, se la mostré a los hinchas. Lloré como un nene porque realmente es un recuerdo. La camiseta la tengo autografiada y dedicada hacía mí. En toda mi carrera he regalado miles de camisetas de Gimnasia, de Boca y del mismo Nápoli o de Udinese y jamás me dediqué una camiseta para mí. Parece algo extraño pero es un número particular” reiteró con una sonrisa.

Respecto del valor emotivo que tiene esa casaca que aún atesora, el “Pampa” contó ante las cámaras que “hace algunos años, cuando todavía vivía en Nápoli, ya retirado, me llegaron a ofrecer hasta 10.000 euros por venderla y todavía la tengo acá”.

Acerca de la trascendencia que logró en el sur de Italia luego de ese histórico gol, el “Pampa” guarda los mejores recuerdos. Con esa misma emoción, narra que “tuve la posibilidad de conocerlo a Diego, entró al vestuario y lo primero que dijo fue: ¿dónde está el “Pampa”?. Te puedo asegurar que se me pone la piel de gallina, lloré como un nene y como si me hubieran hecho el regalo más grande de mi vida”.

En el encuentro con quizás el jugador más grande de todos los tiempos, el jugador pampeano e ícono del Nápoli por su sacrificio en uno de los peores momentos, sostiene que “nos dimos un abrazo y nos sacamos una foto. Fue realmente un momento emocionante porque conocer a Diego en el vestuario del Nápoli… No sé qué otro deseo puede llegar uno a tener. Es una vergüenza también decir que yo fui el último que la usó pero no quiero que la use más nadie, por Diego, después un 0,1% por mí” aseguró entre risas.

Quizás no fue un jugador de élite mundial, pero el “Pampa” Sosa tuvo su momento de gloria. Lo atesora en su memoria como si fuera oro. Su relato, su gol y un número tiernamente prestado. La camiseta de Diego, que supo hacerlo brillar, se la cuidó como nunca. El ascenso tan deseado.

Es así como el jugador pampeano recordará ese instante para toda la eternidad. Tiene el orgullo de contar que fue el último jugador en usar la camiseta “10” del Nápoli. Es argentino, pero sobre todo de La Pampa. Un orgullo. Tal vez, esta historia en sí misma, sea un golazo.

S.W.

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Artículos de consulta

-El Pampa Sosa, el último 10 del Napoli en Tyc Sports.