La alegría por el ascenso, que tuvo muchas críticas y que incluso generó la partida del DT piquense, ha generado un sinfín de festejos que incluso continúan hasta el día de hoy. Como recuerdo que llevará de por vida en la piel, uno de los fanáticos del equipo que dirigía Giganti se tatuó la formación completa del equipo.