Cambia, todo cambia: alianzas, nuevos amigos y crisis en La Pampa

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11 Diciembre, 2018 a las 11:19 hs.

¿Se puede decir que Macri lo hizo? El cierre de las alianzas para las elecciones 2019 en La Pampa mostró cambios notables en el escenario político a poco más de tres años de las votaciones anteriores.

 

Por Norberto Asquini



Enemigos íntimos ahora reunidos en una boleta y la crisis interminable de un partido, son parte de esta tendencia que en parte son consecuencia de tres años de gestión macrista. 

El autor de esta columna es afecto a la idea de que las elecciones funcionan como “mini-revoluciones” en el sistema democrático. Expresión acuñada por Isidoro Cheresky, las votaciones reconfiguran la escena política produciendo cambios programados e institucionalmente controlados. En estas elecciones 2019 en La Pampa, ¿hasta dónde llegarán los cambios? Algunos esperan que no sean tantos, otros esperan que haya muchos. 

Enemigos ayer, amigos de hoy 

Ya hubo grandes transformaciones previas a la conformación de alianzas y listas como ha sido el fin de ciclo de los “grandes liderazgos” en el peronismo pampeano con la no reelección de Carlos Verna y el desdoblamiento electoral con los comicios nacionales.  El cierre de las alianzas mostró otros cambios. Empecemos por el PJ. Por primera vez se abrió a un frente electoral con otros partidos. Las líneas internas, que existen, quedaron erosionadas y los acuerdos fueron saliendo sin mayores dramas.

La composición de esta coalición electoral, si bien hay sectores más centrales y decisivos y otros más periféricos, fue bien heterogénea. Enemigos íntimos en 2015, ahora convergen en una sola lista. ¿Quién hubiera pensado en el vernismo (Verna ganó hace tres años con la frase “La Cámpora o La Pampa”) o el marinismo (y sus cruces mediáticos con los K hasta no hace tanto) aliado con todas las expresiones kirchneristas? O también, ¿quién hubiera pensado al kirchnerismo y su reclamo de renovación en 2015 confrontando con “la derecha” y “lo viejo” encolumnándose ahora detrás del vernismo? O el peronismo con la izquierda (PC, Patria Grande), o la izquierda con el peronismo. O al diputado de Nuevo Encuentro, disparando a mansalva contra Verna, y ahora exaltando su gestión. Otra cosa es el massismo, que acompañó siempre al PJ sin mayores dramas pero con constantes pedidos. El Frente Renovador, o una parte, intentó tener lista propia y hasta tenía candidato a gobernador. Finalmente será parte de la coalición.

Dos tendencias hicieron todo esto posible: una nueva generación de dirigentes que busca “modernizar” al PJ, y la derrota del oficialismo en las PASO de 2017 que aceleró esos tiempos de aggiornamiento y los puso a pensar en ampliar al peronismo para enfrentar a Cambiemos. El pragmatismo y las posturas contra el modelo económico nacional hicieron el resto. 

El tobogán de la crisis radical 

Y otra vez, Macri lo hizo. En 2015, mucho antes de que fuera presidente, y todo lo que vino después, la UCR era la principal fuerza de oposición detrás de un candidato que los aglutinaba, a pesar del internismo crónico en sus filas. Pasaron tres años: las expectativas iniciales de la gestión macrista, la ola amarilla de 2017 y la debacle económica de 2018. El campo opositor aglutinó esta vez a los mismos sectores de cara a 2019, pero su configuración interna cambió.

En estos tres años el radicalismo entró en crisis. Fue deslizándose hacia abajo como en un tobogán donde por más que uno quiera sujetarse, la gravedad hace lo suyo inevitablemente. La pérdida de identidad frente a Cambiemos, por su pertenencia nacional y por sus consecuencias provinciales, exacerbaron el internismo. Se difuminaron los liderazgos y nuevos actores en ascenso colaboraron en provocar más dispersión que unidad, como los Altolaguirre. El complejo cierre de la alianza este lunes negociando a contramarcha mostró a un presidente del partido que negocia para su sector y su candidato antes de pensar en el conjunto. Sus dirigentes terminaron empujados a ser parte de una sociedad compartida con el Cambiemos-PRO, en una alianza tácita que n quisieron asumir, y a enfrentar en febrero una interna para no seguir perdiendo terreno.

El cierre del precandidato a gobernador de los radicales mostró descarnadamente en lo que se ha convertido la UCR. Dejaron en manos de una encuesta la definición del nombre, que no llegó a aplicarse porque se convirtió en un triple empate. El senador Juan Carlos Marino, quien desfiló por los medios con su candidatura, renunció porque no pudo forzar el apoyo nacional a su postulación bajando a Mac Allister y trató de excusarse culpando de la decisión a los otros postulantes. Prefirió resguardarse para pelear una cuarta senaduría dentro de dos años. Francisco Torroba evitó la interna. Y finalmente el que menos medía de los tres, Daniel Kroneberger, asumió la precandidatura. ¿Es el candidato del descarte? Fue el que quiso asumir ese papel con convicción, y a pesar de las consecuencias, mientras otros especulan resguardando su quinta. La UCR fue despojándose de sus convicciones, hasta la marca nacional debieron adoptar bajo el nombre Frente Cambiemos La Pampa.

Ahora la UCR debe enfrentar una última valla: la interna del 17 de febrero. De ganar el postulante del PRO, Carlos Mac Allister, se profundizaría aún más la crisis que tuvo su pico en 2017, cuando se perdió la interna y por primera vez no fue electo un diputado nacional de la UCR. Una derrota frente a Mac Allister no solo dejaría por primera vez a la UCR sin candidato a gobernador y con menos diputados, sino que aceleraría el final de dirigentes que hace décadas están en primer fila y empujaría a una renovación. De ganar la interna Kroneberger, hay que pensar cómo se remonta un escenario partidario con más baches que Santa Rosa.

En este escenario, de imponerse Mac Allister en la interna de 2019, se terminaría por confirmar el ascenso que fue mostrando el PRO en la provincia desde 2015 , aunque pierda la elección ante el Frente Justicialista. 

En los extremos, los que quedan 

A las dos alianzas que polarizarán la elección en mayo, se suman vertientes a ambos lados del mapa político provincial. Expresiones críticas de ambos campos políticos pampeanos: el disminuido tiernismo y el evangelismo a la derecha del peronismo, y desde el progresismo el Partido Socialista enfrentado al macrismo, ubicándose a la izquierda del no peronismo. Después de casi dos décadas, se rompió la alianza entre radicales y socialistas por la incorporación de la UCR en Cambiemos (la mínima expresión del Fregen seguirá acompañando la alianza con el macrismo). El Frepam quedó sepultado en el recuerdo. Cambia, todo cambia.