La murga del servicio social de base del barrio Don Bosco-Frank Allan estuvo de aniversario y lo celebraron en un pelotero local.
Chicos de entre 5 y 22 años asisten martes y jueves de 18 a 20 horas a ensayar, y un sábado cada 15 días, a la sede de calle 30 N° 657 Norte. Allí no solamente preparan sus presentaciones, sino que comparten sus vivencias, meriendan juntos y entablan lazos de amistad.
‘Los brillantes del barrio’ le dan movimiento al resto de los talleres que se ofrecen en la base, como el de costura, cocina y reparación de instrumentos, que giran en torno a las necesidades de los chicos de la murga, que a veces son 40 pero en días de verano llegaron a asistir más de 60. Sus trajes bordados tienen la labor del grupo de madres y personal del servicio social
La referente de la base, María Luján Urquiza, y el equipo de trabajo agradeció las donaciones de las panaderías “Calzada” y la 24, a una vecina del barrio, Eva, que les permitió asistir al pelotero y también a otros vecinos que desinteresadamente aportan golosinas y masitas para las meriendas de los chicos.
