La víctima es hija de quien era su pareja. Le impusieron una pena en suspenso y reglas de conducta.
El hombre reconoció haber manoseado y besado a la hija de su pareja, cuando todo vivían en dos establecimientos rurales del norte pampeano. Primero cuando la chica tenía 10 años y luego cuando tenía 13.
Lo dicho quedó volcado en un acuerdo de partes al que arribaron el defensor Carlos Febre y la fiscal Verónica Campo.
Mediante dicho acuerdo el juez Carlos Pellegino falló “condenando a V.D.M.M. (…) como autor material y penalmente responsable de los delitos de abuso sexual simple -dos hechos- agravados en concurso real (…), a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional”.
Por otro lado le estableció, durante el tiempo de la condena, varias reglas de conducta que consisten en: 1) fijar residencia y no modificarla sin previo conocimiento del Fiscal y del Juez de Ejecución Penal; 2) abstención de comunicación, por cualquier medio, con la víctima; 3) prohibición de acercamiento con la víctima a menos de doscientos metros (200 mts); 4) abstenerse de consumir bebidas alcohólicas; 5) realizar un tratamiento psicológico, previo informe que acredite su necesidad y eficacia, destinado a que no reitere comportamientos como el que se le achaca en la presente causa.