Facultad: La crisis del ingresante

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2 Febrero, 2016 a las 13:03 hs.

El vice-rector, Hugo Alfonso, nos habla del desarraigo como principal factor. Momentos claves de abandono y contrapesos para evitarlos.



No es la primera vez que se va oír hablar de la “crisis del ingresante” pues no es novedad ni dejará de ocurrir. Ahora bien, es un tema que siempre trae consigo preguntas acerca de los orígenes de tal crisis. Aprovechando la consulta al vice-rector Hugo Alfonso sobre el posicionamiento de las Ingenierías en la UNLPam (“Es una situación que se hace presente en todas las carreras de la Universidad, no sólo para el caso de las Ingenierías”), nos interiorizamos en el tema.

Para comenzar a comprender mejor la situación, la palabra clave es “desarraigo”. Muchos estudiantes provienen de distintas partes de La Pampa e incluso desde otras provincias y dependiendo de la madurez del estudiante será más o menos difícil hacer frente a la situación.

“Tiene que ver con una nueva situación en la que hay que aprender a administrar el tiempo y los recursos con la condición de estar distanciado del grupo familiar. El estudiante puede o no estar maduro y depende de cada uno de ellos” afirma a infopico.com.

En general, a nivel de la UNLPam, hay dos momentos que suelen ser puntos de inflexión. En primer lugar se localiza “una baja y una no vuelta a la Universidad” frente a los primeros parciales, en donde puede ponerse de relieve el nivel personal y verse la brecha observable entre el tiempo destinado al estudio y los resultados obtenidos. Calificaciones bajas pueden tener un efecto desmoralizante que provoca el abandono de la carrera universitaria. Para evitarlo, la institución pone a disposición del estudiantado un grupo de psicólogos y psicopedagogos que organizan charlas para afrontar esas situaciones de manera menos dramática.

En segundo lugar, Semana Santa marca una baja generalizada por parte de aquellos a quienes les resultó más difícil afrontar la distancia y el desarraigo. Volver al hogar puede implicar también no volver a la Universidad. “De todas maneras”, dice Alfonso, “hoy por hoy no se nota tanto esto como hace unos años, cuando era más notorio”.

Es interesante destacar cómo se crean grupos entre estudiantes en la misma situación o con estudiantes avanzados y, más allá de la ayuda institucional dispuesta, se generan lazos sociales que colaboran a atenuar el desarraigo y las dificultades a afrontar, integrando a los ingresantes a la vida universitaria. La enseñanza mutua acerca de cómo manejarse en el establecimiento, cómo sacar un libro de la biblioteca o de qué manera conseguir un ticket para almorzar en el comedor universitario es notable. Esto tiene que ver con que “es una universidad chica en donde el vínculo entre las personas es mucho más directo”, declara el vice-rector.