Perpetua para los asesinos de Griselda Fuentes Cabral

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26 Octubre, 2015 a las 20:29 hs.

Los jueces santarroseños  Andrés Aníbal Olié, Carlos Alberto Besi y Carlos Fernandez Articó condenaron hoy a prisión perpetua a Diego López, Gastón Soria y Carlos Luján Sosa por los delitos de homicidio doblemente calificado por precio o promesa y por utilización de arma de fuego. El 14 de mayo de 2014 asesinaron a Griselda Fuentes Cabral  e intentaron matar a  Eduardo Ros, en la vivienda que tenía la pareja en Santa Rosa.



El fiscal Guillermo Sancho y los querellantes Natalio Perés y César Rodríguez habían solicitado prisión perpetua para los acusados. Los cuatro defensores de los acusados habían planteado actividad procesal defectuosa, pero el tribunal no dio lugar a la medida.

En la lectura de sentencia realizada en la mañana de hoy estuvieron presentes Soria y Sosa, pero no lo hizo López, quien la semana pasada había arrojado una silla contra el fiscal y los querellantes tras el alegato de los letrados.

Para los jueces, Diego López fue el autor material del homicidio y en intento de homicidio, Gastón Soria el cómplice que lo llevó a López al lugar del crimen y Carlos Luján Sosa el autor intelectual o instigador.

Cabe recordar que el 14 de mayo del año pasado, alrededor de las 23 hs. llegaba a su vivienda la pareja integrada por Griselda Fuentes Cabral y Eduardo Ros. El hombre se bajó a abrir el portón cuando fue atacado y recibió un disparo efectuado por López.

El mismo delincuente apuntó a la mujer y la mató de un disparo en la cabeza. Intentó rematar a Rosa que había quedado tirado en el suelo, volvió a disparar pero el empresario se salvó.

Entre las pruebas que evaluaron los jueces, hubo testimonios de tres hombres que afirmaron que días antes del crimen, Sosa y Soria los habían intentado contratar para “asustar” a Ros y para ello les habían ofrecido entre 15 y 20 mil pesos.

Además, se hallaron en el auto de Soria cabellos de López y rastros de su ADN en una agenda, lo que echaba por tierra la coartada de Soria de no conocer a López. Además, se utilizaron escuchas telefónicas a López, cuando ya estaba en prisión preventiva, admitiendo el asesinato que ya había cobrado.