A través de redes sociales divulgó imágenes y un video donde manifiesta que con la obra de Portezuelo “Nos van a dejar sin agua el Río Colorado”.
El diputado provincial Jorge Lezcano, presidente de la Comisión de Ríos, analizó ayer con sus pares del bloque justicialista (Mayoral, Pereyra, Colla, Godoy y González), en ese ámbito institucional, la problemática del laudo sobre Portezuelo del Viento y habló de su punto de vista acerca de las declaraciones del presidente en Mendoza.
“Macri planea una nueva conquista del desierto”
El presidente ha hecho declaraciones en Mendoza que nos dejan muy clara su intención para con La Pampa; y deja en evidencia que el problema de Portezuelo, ahora, lo vamos a tener con Nación antes que con Mendoza.
La Pampa ha dado un paso trascendente en su histórico trabajo por la recuperación del Atuel con el último fallo de la Corte Suprema, ahora, cuando todavía no se ha concretado siquiera la regularidad del caudal ecológico, el presidente está coqueteando con un laudo a favor de Mendoza por la construcción de Portezuelo del Viento, represa que si se construye sin una política clara de aguas va a dejar a La Pampa con una merma importantísima en el caudal del Colorado y con un alto impacto en su salinidad. El agua que bebemos en nuestras casas del Acueducto no solo va a ser escasa sino intomable.
Cuando Macri dice que “el Colorado genera agua dulce de gran calidad y nadie la usa” no es que no sepa porque está mal asesorado, en realidad no le importa. La impronta política de su gestión nos deja muy clara su inclinación a favorecer a los latifundistas sojeros, es un nuevo padre de los terratenientes que ve a La Pampa como el patio trasero del país y, a los pampeanos, como los descastados del sistema federal.
El gobernador Verna no pelea con Macri porque es caprichoso. Al gobernador Verna le importa La Pampa, la defiende con uñas y dientes mientras que al presidente no.
A este paso y con el espíritu centralista de las políticas nacionales, parece que se estuviera planeando una nueva conquista del desierto, dejando a La Pampa como zona de sacrificio, potenciando el éxodo para repartir las tierras entre los amigos, como se hizo un siglo y medio atrás.