Con la llegada del invierno, el cuidado de nuestras plantas, tanto de interior como de exterior, requiere de atenciones especiales. Jimena Asquini, Técnica en Floricultura, nos brinda valiosos consejos para mantenerlas saludables durante esta temporada.
Plantas de interior (o mejor dicho, de uso interior)
Asquini nos recuerda que las llamadas “plantas de interior” son en realidad plantas de sotobosque tropical, adaptadas a vivir bajo la sombra de los árboles. Por eso, aunque estén dentro de casa, sus procesos metabólicos disminuyen en invierno. “Debemos regarlas menos, cada diez días aproximadamente, y con poca cantidad de agua, para evitar dañar las raíces”, explica la especialista. “Es preferible que les falte agua a que tengan un exceso que provoque hongos”. Si las hojas se enrollan hacia abajo, es señal de que necesitan agua. En cambio, las hojas amarillas pueden indicar un exceso de riego.
En cuanto a la luz, Asquini advierte que no se deben exponer repentinamente a una luz más intensa. Si se necesita cambiarlas de lugar, debe hacerse gradualmente durante una semana para evitar daños. “El sol directo, especialmente en verano, puede quemar las hojas”, agrega.
Un problema común en invierno es el quemado de las puntas de las hojas. Para evitarlo, Asquini recomienda pulverizar las plantas con agua una vez por semana o colocar un recipiente con agua cerca de ellas para generar humedad.
Plantas de exterior y césped
Ante la llegada de heladas, Asquini aconseja regar las plantas temprano en la mañana para que el agua de las hojas se evapore antes de que la temperatura baje demasiado. Además, es fundamental proteger las plantas sensibles al frío cubriéndolas con mantas térmicas desde fines de marzo hasta fines de agosto, incluso en días soleados.
Para el cuidado del césped, la experta recomienda regarlo entre las 11 de la mañana y la 1 de la tarde, cuando la planta está más activa y el calor ayuda a evaporar el exceso de agua. La frecuencia de riego dependerá del tipo de césped y la humedad ambiente, pero generalmente se recomienda día por medio o cada dos días, evitando encharcar el suelo.
