La especialista en floricultura Jimena Asquini brindó detalles en INFOPICO RADIO 99.9 sobre el cuidado de esta popular planta bulbosa, revelando la clave para una floración exitosa año tras año.
El Amarilis, una planta apreciada por la belleza y el imponente tamaño de sus flores, que pueden alcanzar hasta 40 centímetros de altura con enormes campanas, esconde secretos en su ciclo vital que determinan su floración. Muchos aficionados a la jardinería se preguntan por qué, en ocasiones, estas plantas no brindan su espectáculo de color. La técnica en floricultura Jimena Asquini explicó los motivos y ofreció consejos prácticos para garantizar su florecimiento.
“Es una pregunta recontra común: ¿por qué hay años que florecen y hay años que no?”, introdujo la especialista, señalando que una planta bulbosa, en condiciones normales, debería florecer anualmente. La clave, según Asquini, radica en un manejo específico que debe realizarse en esta época del año.
El Amarilis es una planta de origen caduco, lo que significa que pierde sus hojas en otoño. “Las bulbosas se inducen a floración cuando se les modifica algo en el periodo de vida”, detalló. Particularmente, el Amarilis es una planta “proterante”, término técnico que indica que primero florece y después desarrolla sus hojas, similar a lo que ocurre con algunos frutales como ciruelos y damascos, o los membrillos de jardín.
“Los Amarilis son proterantes, primero van a sacar la vara floral, van a florecer y después van a tirar las hojas. Y eso sucede solo si las hojas las pierden”, enfatizó la floricultora. Aquí reside el meollo del asunto: si las temporadas no son lo suficientemente frías como para que la planta pierda sus hojas de forma natural –algo que puede ocurrir en nuestra región–, el Amarilis permanece en período vegetativo, es decir, continúa produciendo hojas. “Va a pasar todo el invierno con hojas y cuando tenga que florecer, que es a fines de invierno o principios de primavera, no te va a tirar la flor porque la hoja no la perdió”, aclaró.
La intervención clave: el corte de hojas en mayo
Para asegurar la floración, la recomendación es tajante: “Todos absolutamente todos los años en mayo, haga frío o no haga frío, lo que le tienen que hacer a este bulbo es cortarle las hojas al ras”. Este procedimiento, realizado con una tijera o cuchillo a unos dos centímetros del suelo, simula la pérdida natural de las hojas. “El sistema hormonal va a reconocer que perdió las hojas, se va a modificar de vegetativo a reproductivo, entonces se va a inducir a floración fines de invierno, principio de primavera”, explicó Asquini. De no hacerlo, la planta realiza un desgaste energético innecesario manteniendo las hojas, lo que incluso podría reducir el tamaño del bulbo.
Identificación y reproducción del Amarilis
Reconocer un Amarilis es posible por su bulbo, que es “bastante grande, redondo, como el formato de una cebolla bien redondito”, describió la experta. Suelen ser más grandes que una naranja o un pomelo. Además, mayo no solo es el momento del corte de hojas, sino también de la división de los bulbos. Al extraer la planta, es común encontrar bulbos hijos adheridos al bulbo madre, los cuales se pueden desprender con la mano y replantar para obtener nuevas plantas.
Estas plantas son versátiles, funcionando bien tanto en lugares muy cálidos como fríos, ya que al ser caducas, pasan el invierno bajo tierra protegidas de las bajas temperaturas.
Adquisición y cuidados básicos
Los Amarilis se pueden conseguir durante todo el año en viveros, presentándose como bulbos libres en esta época, o más adelante envasados e incluso en flor cerca de la primavera. Su costo puede ser elevado debido a que no son tan fáciles de reproducir masivamente, aunque el intercambio entre vecinos es una práctica común.
En cuanto a sus cuidados, requieren “muy poca agua”, ya que el bulbo carnoso es susceptible a la pudrición por exceso de riego. La ubicación ideal es a “media sombra”, siendo el sol de la mañana el más beneficioso, ya que no quema y permite la fotosíntesis. “Las plantas sensibles a las altas temperaturas se deben ubicar a media sombra”, añadió, comparándolas con hortensias o camelias.
Un dato crucial para el cultivo de Amarilis, al igual que los lirios, es que “el 10% de ese bulbo esté sobre la superficie, no enterrado”, para permitir que algo de luz solar ingrese y contribuya a sus procesos vitales.
La floración del Amarilis puede durar entre 20 días y un mes, o incluso más, dependiendo de la cantidad de varas florales que produzca el bulbo. Cuanto más grande sea el calibre del bulbo, más flores ofrecerá.
Finalmente, la especialista advirtió sobre la importancia de no aplicar el corte de hojas indiscriminadamente a otras plantas bulbosas que no sean caducas, como los lirios o agapantos, ya que esto podría ser perjudicial. Para estas especies, recomendó la división cada cuatro años como método de manejo.



