En las últimas semanas, los incendios forestales han devastado amplias áreas del sur argentino, afectando gravemente a la región de El Bolsón. Más de 100 viviendas han sido destruidas y se estima que alrededor de 3,000 hectáreas han sufrido daños ambientales. En este contexto, Gastón Ferreyra, un piquense residente en Lago Puelo, se encuentra en la zona afectada colaborando con las tareas de comunicación y apoyo a los bomberos voluntarios.
En diálogo exclusivo con Infopico Radio 99.9, Ferreyra describió con detalles la situación en el terreno: “La angustia prevalece entre los ciudadanos. El fuego comenzó en el camino del Cajón del Azul, en una confluencia de ríos, y se propagó rápidamente debido a las condiciones climáticas adversas, como el viento intenso”.
Aunque el panorama sigue siendo crítico, Ferreyra comentó que “ayer se esperaba un día catastrófico, con fuertes vientos y alta temperatura, pero afortunadamente no fue así, lo que permitió un mejor trabajo de los equipos de emergencia”. Sin embargo, advirtió que “no hay pronóstico de lluvias, aunque se espera una merma del viento y una baja de la temperatura, lo cual es alentador”.
La devastación es evidente en la región: “Es catastrófico, se ve humo por todos lados. Sin viento, amanecemos tapados de humo”, relató Ferreyra. A pesar de esto, destacó la solidaridad de la comunidad, que se organiza para apoyar a los brigadistas y voluntarios: “Lo que se rescata es la parte colectiva de la gente, que enseguida se reúne para ayudar”.
Hasta el momento, se estima que “150 familias han sido afectadas”, aunque Ferreyra subrayó que “hasta que no se controle el incendio, el número exacto de viviendas dañadas no será claro”. La presencia de pinos, no autóctonos de la región, ha facilitado la rápida propagación del fuego debido a su alta concentración de resina.
El gobernador de Río Negro ha confirmado que el incendio fue intencional, aunque Ferreyra señaló que “en estos incendios tan grandes, nunca terminás sabiendo cuál fue el punto de inicio”. La falta de infraestructura en la zona de origen del incendio sugiere que fue provocado, ya sea por negligencia o intencionadamente.
Actualmente, el fuego amenaza con extenderse hacia varias direcciones, incluyendo la parte sur de El Bolsón y los alrededores de la Ruta 40, donde se encuentran numerosos barrios. “El objetivo principal es controlar que el fuego no cruce la Ruta 40”, enfatizó Ferreyra.
A pesar de los esfuerzos, la falta de recursos ha sido un desafío: “Este año no hubo tanto equipamiento como en otros años. Nos faltó el helicóptero que usualmente cubría la zona desde diciembre hasta marzo o abril”, lamentó.
La comunidad sigue en alerta, con alrededor de 300 brigadistas trabajando en la zona, apoyados por dos helicópteros y tres aviones. Mientras tanto, Gastón Ferreyra y otros voluntarios continúan brindando su valioso apoyo, demostrando que la solidaridad y el trabajo conjunto son cruciales en tiempos de crisis.














