Una fuerte tormenta azotó la ciudad de General Pico durante la madrugada, provocando anegamientos en calles y viviendas que obligaron al personal de Bomberos Voluntarios a trabajar ininterrumpidamente hasta primeras horas de la mañana. “Desde la una de la mañana, cuando comenzó la tormenta, estuvimos recorriendo distintos lugares por caída de ramas y anegamientos importantes en las calles”, describió el jefe del Cuartel de Bomberos Voluntarios de General Pico, Ariel Farías, en diálogo con INFOPICO RADIO 99.9.
La situación más compleja se dio entre las 4.15 y las 5 de la madrugada, cuando se registró un verdadero “diluvio” en algunos barrios. “Cayó muchísima agua en muy poco tiempo. En zonas como barrio Ranqueles y en todo el sector que comprende desde calle 40-29 hasta la ruta, la acumulación fue intensa”, relató Farías. Añadió que otro punto crítico se localizó en el barrio Pacífico, en calles 13, 15, 17 y aledañas hasta el pasaje Quinquela Martín y la calle 34.
A pesar de la magnitud de las lluvias, Farías confirmó que no hubo evacuados. Sí se registraron ingresos de agua en algunas viviendas, donde los bomberos se acercaron para calmar a los vecinos y supervisar la situación hasta que el agua escurriera por los canales de desagüe. “Nos mantuvimos todo el tiempo en contacto con la municipalidad por si era necesario evacuar a alguna familia. Hubo un caso puntual en un hogar de ancianos donde, además de la lluvia, colapsó el sistema cloacal”, explicó.
En cuanto a la circulación vehicular, hubo incidentes menores, como un auto que cayó en un canal cercano al acceso a la zona franca. “Fuimos a corroborar que estuviera todo bien. Afortunadamente, el vehículo pudo ser retirado sin necesidad de grúa”, indicó Farías, quien también mencionó otros autos varados en calles con más de un metro de agua.
Según el jefe de los bomberos, la gran cantidad de lluvia en tan poco tiempo impidió el normal drenaje, y en algunos canales se hallaron ramas y basura que dificultaron el escurrimiento del agua. No obstante, destacó la coordinación con el resto de los servicios: “La gente de Corpico trabajó toda la noche por árboles o ramas caídas que afectaban los cables, y la municipalidad también dio respuestas rápidas en los sectores con mayores dificultades”.
Por último, Farías resaltó el compromiso de los bomberos voluntarios, quienes atendieron todos los llamados recibidos: “Tratamos de llegar a cada requerimiento, aunque fuera para ver si no corrían riesgos. A veces no podemos evitar que la gente se moleste por la situación, pero nuestro objetivo principal es brindar ayuda y llevar tranquilidad”.
La tormenta cedió con el paso de las horas y, hacia media mañana, el personal culminó los últimos operativos en el barrio Molino, donde se constató un patio inundado pero sin riesgo para los vecinos. Si bien la normalidad retornó progresivamente, las autoridades recomiendan circular con precaución y mantener despejados los desagües domiciliarios para evitar nuevos anegamientos.






