La secretaria de Desarrollo Social, Gabriela Echegaray, trazó un panorama preocupante sobre la crisis habitacional y su impacto en la economía familiar en General Pico. Según datos del Instituto Provincial Autárquico de Vivienda (IPAV), más de 4.000 personas están inscriptas en el padrón en busca de una vivienda, reflejando una situación que la funcionaria calificó como “grave”.
Viviendas insuficientes y familias fragmentadas
“La falta de viviendas y el aumento desmedido de los alquileres están obligando a muchas familias a buscar soluciones precarias”, señaló Echegaray. Este escenario lleva a numerosos vecinos a convivir con familiares cercanos, como padres o hermanos, o incluso regresar a hogares familiares ya consolidados. “Pico está muy atravesado por la crisis habitacional”, agregó, subrayando la magnitud del problema en la ciudad.
Economía familiar en jaque
La situación económica actual, marcada por jubilaciones y salarios insuficientes, también juega un rol determinante. Echegaray advirtió que muchas familias enfrentan serias dificultades no solo para acceder a un alquiler, sino también para sostenerlo en el tiempo. “No es solamente el dinero. Hay situaciones puntuales de personas que han perdido su red de apoyo. Cuando intervenimos, se les ofrece volver a un alquiler, pero no pueden sostenerlo”, explicó.
El problema trasciende lo económico, evidenciando la necesidad de un enfoque integral que contemple tanto la construcción de nuevas viviendas como políticas públicas que alivien la carga de quienes están en situación de vulnerabilidad habitacional.
El desafío para la gestión
Con más de 4.000 personas en lista de espera, la crisis habitacional se posiciona como uno de los mayores desafíos para el municipio, que trabaja articuladamente con el IPAV y otras instituciones para intentar dar respuesta. Sin embargo, el crecimiento de la demanda y las limitaciones presupuestarias dificultan la resolución de un problema que afecta directamente a la calidad de vida de los habitantes de General Pico.