En medio de un contexto de récords de exportación de carne, Ulises “Chito” Forte, referente del sector ganadero, lanzó un duro cuestionamiento sobre la realidad que vive el mercado interno argentino y los efectos que la situación económica tiene en el consumo de carne.
“Argentina hoy está batiendo un récord en la exportación de carne porque tenemos un mundo muy demandante, se puede vender mucha más, pero tener un dólar no competitivo y las retenciones frena un poco todo esto. Sin embargo, es cierto que la liberación de la restricción de esos 7 cortes que no se podían exportar, sumado a la eliminación de algunas trabas burocráticas, ha permitido un crecimiento en las exportaciones”, señaló Forte.
El decreto 911/21 del gobierno de Alberto Fernández, que había prohibido la exportación de cortes populares como asado, vacío, falda, matambre, tapa de asado, nalga y paleta, marcó un punto de inflexión. No obstante, Forte fue claro en afirmar que el aumento en las exportaciones “no se ve reflejado en el precio interno y mucho menos en el valor del animal en pie”. Esto, explicó, se debe a que el 70% del mercado ganadero que abastece el consumo interno enfrenta una situación crítica debido al bajo poder adquisitivo de los argentinos.
“Con un 52% de la población bajo la línea de pobreza y una clase media que se va empobreciendo, el consumo de carne ha caído de manera alarmante. Las estadísticas lo reflejan, estamos en los niveles de consumo más bajos de los últimos 50 años. Por eso, el precio del animal en pie lleva 6 o 7 meses sin moverse; al contrario, estamos vendiendo más barato que en marzo”, destacó el dirigente.
Forte subrayó que “no es cierto que se coma menos carne en Argentina por la exportación. Son diferentes cortes y tipos de hacienda. China, por ejemplo, compra cortes de vaca y toro que no se consumen localmente, mientras que el mercado interno prefiere animales jóvenes, y los anuvisos pesados se destinan a Europa, Chile, Estados Unidos e Israel”. En ese sentido, desmintió que la exportación sea la causante de la caída en el consumo: “Es una falacia. Se come menos carne porque la gente no tiene plata, porque se desplomó el poder adquisitivo, no por la exportación. La verdadera culpa es de la tremenda recesión, la caída del empleo y el poder adquisitivo”.