El pampeano Augusto Bedacarratz fue uno de los pilotos que participó en el hundimiento del buque Sheffield, de la Armada Británica, en la Guerra de Malvinas, hace 42 años, el 4 de mayo de 1982.
Augusto “el vasco” Bedecarratz es oriundo de Macachín, donde se crió y tiene lazos familiares fuertes. Aunque no se considera un héroe de la guerra en el sur del continente, en Infopico Radio 99.9, el piloto comentó detalles que hablan de la valentía que mostraron los jóvenes argentinos para combatir en la guerra.
“Conozco muchos combatientes que tuvieron actuaciones muy destacadas y en general no se sienten héroes porque fue una pelea que realizamos todos. Con ese calificativo vemos a otros combatientes que tuvieron acciones muy destacadas, pero que no trascendieron en los resultados globales. Las intervenciones áreas tuvieron mucha trascendencia por la magnitud de los daños que produjeron, pero la actitud de los pilotos no era diferente del soldado más joven que estaba solo en una trinchera. La mayoría no nos sentimos héroes”, declaró Augusto.
En 1982, durante la ocupación argentina de las Islas Malvinas, Bedacarratz fue enviado a la ciudad de Río Grande en Tierra del Fuego, junto con otros nueve pilotos de la Escuadrilla Naval de Caza y Ataque. Lanzó su misión el 4 de mayo, volando bajo y en silencio para evitar ser detectado por la flota británica.
Recuerda vívidamente los riesgos de la misión: “Nuestro objetivo era atacar y no ser detectado por la flota británica hasta después de ser disparados los misiles”. A pesar de enfrentarse a la tercera flota más importante del mundo, con avanzados misiles antiaéreos, la misión fue un éxito. El Sheffield fue hundido, y aunque Bedacarratz y su copiloto volvieron a salvo a su base, dejaron a su paso un navío británico gravemente dañado.
“Tenemos que tener consciencia que en nuestro territorio no existe ruta, pueblo, plaza o cualquier lugar importante que no tenga un cartel de las Islas Malvinas con el mensaje que se son argentinas: hace 40 años eso no existía y debemos recordarlo siempre porque es el ejemplo y los valores que nos dejaron nuestros combatientes” Augusto.
Augusto Bedacarratz.
-¿Qué te dejó la guerra y el hundimiento del buque británico?
-Lo que me impactó desde el primer momento y hasta ahora, es el espíritu de lucha, de entrega, de convicción, de patriotismo, cada uno, en la función que le correspondía. No hubo diferencias en Malvinas porque todos tenemos la misma cultura e historia y cualquier argentino hubiese actuado de la misma forma. Lo que demostraron los 20 mil combatientes es la esencia que tenemos todos, que es lo que somos capaces de hacer cuando se trata de defender nuestro patrimonio” “Es el ejemplo que les puede quedar a las generaciones que no lo vivieron porque son los que van a dirigir el país y tienen que mostrar y transmitir la identidad argentina”, manifestó.
El mayor desafío “fue tratar de hacer las cosas lo más profesionalmente, aplicando todo lo que me enseñó, formó y transmitió la aviación naval: soy piloto de la armada Argentina. Nuestra misión fue un verdadero trabajo en equipo cumpliendo todos los procedimientos que siempre aplicamos a lo largo de los años; primero un avión nos fue guiando y nos permitió planificar por donde teníamos que ir y en que lugar preciso teníamos que encender nuestro radar para lanzar el misil”.
-¿Cómo fue la transición de la vida militar a la vida civil?
-Fue muy fuerte porque me retiré intempestivamente porque tomé consciencia de que el patrimonio que había recibido de mis padres estaba en riesgo y sentí que tenía que hacerme cargo del campo de la familia. Fue un cambio muy brusco, pero de chico me crié en el campo”.
