En la conmemoración del 42° aniversario de la Guerra de Malvinas, la comunidad de Pico rinde homenaje a sus valientes, aquellos que dejaron su juventud en las heladas tierras del Atlántico Sur, luchando por la soberanía de su nación.
Entre ellos, Diego Morano, un joven cordobés de 18 años que fue convocado a filas en uno de los capítulos más amargos de la historia argentina, narra su experiencia en el conflicto que sacudió a la nación entre abril y junio de 1982.
Morano, entonces integrante del Regimiento de Infantería 25 y desplegado en la zona de Darwin, recuerda vívidamente el llamado al servicio, el arduo viaje hacia el frente y los desafiantes días de combate que siguieron. Desde ser seleccionado para el servicio militar hasta su captura por fuerzas británicas, su relato ofrece una crónica detallada de los horrores, el valor y la camaradería de la guerra.
Su historia comienza con la sorpresa de ser elegido para el servicio militar, seguido del intenso entrenamiento y la posterior movilización a Malvinas a bordo del ARA Almirante Irizar, enfrentando tormentas y desafíos logísticos antes de siquiera pisar el campo de batalla. Morano relata la llegada a Puerto Argentino, el traslado al frente de Darwin, y cómo la construcción de refugios subterráneos salvó vidas.
La descripción de Morano sobre los combates es visceral y detallada, marcando el contraste entre la esperanza juvenil y la brutal realidad de la guerra. El combate de Darwin, una de las batallas más intensas contra la infantería británica, se presenta no solo como un enfrentamiento militar, sino como un momento definitorio de pérdida y sacrificio.
Capturado y convertido en prisionero de guerra, Morano narra las condiciones de cautiverio, la solidaridad encontrada en el sufrimiento compartido, y el camino a casa que culminó en una silenciosa vuelta a la vida civil, marcada por el olvido y el trauma.
A pesar de los años, Morano mantiene viva la memoria de sus compañeros caídos y la causa de Malvinas. Su historia es un testimonio del coraje en medio del desastre, un recordatorio del precio de la guerra y un llamado a recordar y honrar a aquellos que lucharon por su país.
Este aniversario nos recuerda que las heridas de la Guerra de Malvinas perduran, llevando consigo el legado de valor y sacrificio de una generación marcada por el conflicto. Es nuestra responsabilidad, como sociedad, mantener viva esta memoria, asegurando que las historias de nuestros héroes, como Diego Morano, sean contadas y nunca olvidadas. En su lucha y en su supervivencia, encontramos lecciones de resistencia, patriotismo y la importancia eterna de buscar la paz.
