Escalar el Aconcagua, esa imponente cumbre que se alza en la Cordillera de los Andes, no es solo un reto físico, sino también una travesía del alma. Este relato comienza con la odisea de un grupo audaz de montañistas, entre ellos Fabio Fernández, un bombero de General Pico, cuya pasión y determinación los llevó a tocar el cielo en una de las cumbres más desafiantes y codiciadas del mundo.
“Esta expedición comienza el domingo 27 de noviembre”, relata Fabio, su voz cargada de emoción al recordar el inicio de una aventura que marcaría su vida. Junto a Pablo García Casati, Fabián Quiroga y otros compañeros, Fabio emprendió un viaje desde General Pico hacia Mendoza, donde los aguardaba la montaña de sus sueños.
La preparación fue intensa. “Nos fuimos una semana a aclimatarnos en el Cordón del Plata”, explica Fabio. Allí, en la vastedad de Mendoza, enfrentaron la altitud, subiendo montañas de creciente altura, desafiando cada día un nuevo límite. Pero el Aconcagua, con sus 6.959 metros, seguía aguardando.
El 6 de diciembre, finalmente, el grupo ingresó al Parque Aconcagua. “El domingo 10 de diciembre era la única ventana que había donde nos permitía poder hacer cumbre“, cuenta Fabio. La ascensión fue un desafío titánico. Partieron a las 3 de la mañana desde el Nido de Cóndores, un campamento situado a 5.500 metros. La subida fue un camino lleno de obstáculos, pero también de una determinación férrea.
“En el camino fueron quedando chicos”, dice Fabio, recordando cómo algunos compañeros tuvieron que abandonar la ascensión debido a las dificultades. Pero él, junto a Pablo Figueroa y guiados por Sebastián García, continuaron. “Fue muy duro, muy difícil, me costó mucho, pero pude concentrarme y llegar a la cumbre. Algo maravilloso estar ahí, no lo podía creer”, relata con una mezcla de orgullo y humildad.
La cumbre fue un instante de triunfo inolvidable. “Llegamos a las 4.20 de la tarde. Tuvimos 13 horas, casi 13 horas y media, caminando para llegar a la cumbre”, rememora. Pero la odisea no terminó ahí. La bajada fue otro capítulo de resistencia y tenacidad. “La bajada fue demasiado lenta… Yo llegué al refugio a las 3.30 de la mañana”, cuenta, evidenciando el agotamiento y la satisfacción de haber completado un ciclo que pocos se atreven a soñar.
Este grupo de montañistas, no solo conquistó la cumbre del Aconcagua, sino que también conquistó sus miedos y dudas, demostrando que los límites humanos están hechos para ser superados. La cumbre del Aconcagua fue su campo de batalla, su altar de triunfo, y ahora su historia de valentía y resistencia se suma a las legendarias narrativas de aquellos que han desafiado las alturas y han triunfado.
Saludos bomberos
El pasado 10 de Diciembre, a las 16:21hs, nuestro compañero Fabio Fernandez alcanzó la cima del Aconcagua después de una agotadora travesía que abarcó más de 12 horas, desde el último campamento hasta la cumbre. En compañía de Pablo Casatti, tambien integrante de nuestra asociación, quien alcanzó los 6000 metros, protagonizaron juntos esta emocionante aventura.
Después de 15 días de preparación y aclimatación, el 10 de Diciembre a las 3 de la madrugada, partieron desde su último campamento a 5500 metros de altura. Más de 12 horas después, Fabio alcanzó la cima, regalándonos una imagen que compartimos con orgullo.
El descenso nuevamente hasta el campamento se prolongó hasta las 3:30 del día 11 de Diciembre, haciendo que el tramo final entre el ascenso y la vuelta implicara una caminata extenuante de más de 24 horas.
Felicitamos a Fabio y a Pablo por sus logros extraordinarios. Gracias por llevar nuestra bandera a lo más alto. Estamos orgullosos de ustedes!
