María Esther Campos, referente de ATE en General Pico, reflexiona sobre la importancia, los desafíos y las esperanzas vinculadas al 36º encuentro, subrayando el espíritu autónomo y reivindicativo de un evento que se ha convertido en una insignia de la lucha feminista y de disidencias en Argentina.
En el contexto de luchas y resistencias, el 36º Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias en Bariloche, Río Negro, se dispone a ser un evento de convergencia y diálogo. María Esther Campos, activa participante y referente del gremio ATE en General Pico, comparte su visión y experiencias sobre estos encuentros, que desde 1986 se han destacado por ser “únicos en el mundo, porque son autónomos, son autoconvocados, son democráticos, son pluralistas, autogestionados, federales y horizontales”. En este meeting habrá presencia piquense con una comitiva que partió ayer desde esta ciudad.
Este año, Bariloche se convertirá en el epicentro de un evento que se espera congregue alrededor de 100.000 mujeres y disidencias. Con una logística que demanda un esfuerzo colosal, se han solicitado 41.000 lugares para dormir en piso y todos los espacios de alojamiento, incluyendo hoteles y hosteles, se encuentran con ocupación completa. Las organizadoras locales —un grupo de mujeres comprometidas que asumieron la monumental tarea de coordinar el encuentro— han apelado a la solidaridad de las familias de Bariloche para seguir ofreciendo opciones de hospedaje.
“La idea de las mujeres y disidencias, nos seguimos juntando de todas maneras y debatir sobre lo que nos preocupa en estos caminos contra la doble opresión y la triple opresión”, manifiesta Campos, destacando la necesidad de abordar las múltiples formas en que se manifiesta la opresión en la sociedad actual.
El año pasado, en San Luis, el encuentro se centró en apoyar a las compañeras Mapuche detenidas y trabajar hacia la reunificación del grupo, ya que, como Campos comparte, “estábamos más que preocupadas por la división que se había hecho en San Luis”. Este año, el esfuerzo para mantener la unidad se percibe como más esencial que nunca, dadas las circunstancias sociales y políticas adversas que se avizoran para el país.
Campos recuerda y celebra el trabajo hecho y las conquistas logradas, pero también subraya que el camino por delante sigue requiriendo de esfuerzos conjuntos para superar cada obstáculo que se presente. “Vamos por las que nos faltan”, enfatiza, destacando que la lucha por los derechos de las mujeres y las personas disidentes continúa.
En la lucha contra “la derecha más reaccionaria con todas sus variantes” y frente a un escenario nacional e internacional complejo, los Encuentros Plurinacionales se presentan como espacios vitales para la organización, la resistencia y, sobre todo, la colectivización de las esperanzas y los esfuerzos. La alegría y el poder colectivo de encontrarse año tras año sigue siendo una fuerza motriz vital, capaz de enfrentar y superar los obstáculos que se presentan en el camino.