En diálogo con el secretario general del CEC de General Pico y zona norte de La Pampa, Daniel Lovera, analizamos la realidad del sector en vísperas del Día del Empleado y la Empleada de Comercio. Enfático nos señaló: “Necesitamos en forma urgente coincidir en que el único camino posible es el trabajo decente”
¿Cómo analiza el presente de Argentina y su impacto en las familias que integran el sindicato mercantil?
Argentina fue un país en el que la movilidad social ascendente no era una utopía. Existía una cultura del trabajo, del sacrificio; con un Estado presente y eficiente, no asfixiante.
Hoy, vivimos en un país atravesado por una crisis social y económica sin precedentes. Vivimos en un país donde más de la mitad de las personas que trabajan lo hacen en la informalidad. Vivimos en una Argentina que, lejos de reflejar el ascenso social de quienes trabajan, presenta condiciones que, por el contrario, empobrecen. Hemos naturalizado hablar de inflación, de pobreza; hemos naturalizado la idea de estar mal.
Quienes tuvimos, tenemos y tendremos responsabilidades y funciones de representación, tenemos la responsabilidad revertir esto.
¿Cómo interpreta la actualidad del trabajo?
En la actualidad, nos enfrentamos a un escenario que nos impone fortalecer y cuidar los estándares protectorios del trabajo. Tenemos la enorme tarea de crear una nueva “cultura para la sustentabilidad del trabajo”, y por ello debemos promover políticas que revitalicen su centralidad en la agenda pública y sus herramientas regulatorias.
Y por eso ratificamos, en todo momento, que la negociación colectiva constituye la forma más dinámica de adaptación a las nuevas y diversas problemáticas, y es un elemento fortalecedor para nuestra democracia siempre que sostenga al trabajo como organizador e integrador social.
¿Cómo prevé el futuro inmediato del trabajo sindical?
Desde nuestro sindicato, estamos trabajando para que la acción política se dirija a promover, en la legislación y en cada norma, una adaptación rápida y eficaz a las modificaciones que aparecen en la dinámica del mundo del trabajo cada vez que nos sea posible.
Siempre que tengo la oportunidad, digo que nuestro Centro Empleados de Comercio es una organización que se encuentra a la vanguardia cuando de relaciones de trabajo se trata.
Por eso, tenemos que mostrar el trabajo que hemos llevado adelante junto a todo el equipo del CEC. Cada logro, cada nuevo servicio, no se dan naturalmente, tienen su origen en un trabajo organizado, en el cuidado de los recursos, en el uso responsable de esos recursos, en el compromiso, en el respeto y en la gran convicción que hemos sostenido y seguiremos sosteniendo: el empleado y la empleada de comercio y sus familias tienen derecho a disfrutar del domingo con los suyos, a acceder a la salud y a tener garantía en el tratamiento de la enfermedad, tanto como lo tienen quienes los emplean. Hoy, nuestras mujeres y nuestros varones, empleadas y empleados de comercio, tienen derecho a tener acceso a la salud como lo tienen sus patrones. Eso es algo que no se encuentra en ningún lugar del mundo. Eso no es natural. Lo hemos logrado con trabajo, con diálogo, con firmeza. Y tenemos que decirlo y enseñarlo.
¿Cómo analiza los antecedentes sindicales de estos últimos tiempos y qué sería el éxito de la gestión?
Hemos atravesado profundas crisis que pusieron en peligro los derechos ya adquiridos. Sin embargo, tuvimos la valentía y el coraje para atravesar las tormentas, y a pesar de las complejidades, pudimos ejercer, exitosamente, la representación de las familias trabajadoras, ejemplo de ello es el Centro Empleados de Comercio.
Ejercer exitosamente la representación sindical implica diálogo, pero también necesita de la suficiente tenacidad y firmeza para hacer valer el peso de la ley cuando el diálogo no alcanza. Implica tener una mirada federal que evite el centralismo; que permita a todos ser parte y tomar parte, por eso somos la gran familia del CEC.
Ejercer exitosamente la representación sindical implica informarse y formarse en forma permanente, para poder tomar las decisiones acertadas en función de las necesidades reales de las personas representadas. Ejemplo de ello es la clara convicción de que quienes trabajan en el comercio merecen un sindicato que les permita desarrollarse y crecer en familia.
Ejercer exitosamente la representación sindical implica tomar decisiones todo el tiempo, y también implica tomar en cuenta las consecuencias de cada decisión. Mujeres y hombres que integramos el CEC tenemos muy claro que representar a trabajadores y trabajadoras requiere estar en todo momento al pie del cañón, sobre todo, en los momentos más difíciles, cuando no abundan las buenas noticias.
¿Cómo impacta el CEC de General Pico en el cuidado de la salud de las personas afiliadas?
Garantizar el acceso a la salud y la atención de la enfermedad necesita un enorme esfuerzo humano, técnico y presupuestario. Debemos tener la capacidad de transmitir que esto no es natural, debemos tener la capacidad de transmitir, sobre todo a las personas más jóvenes, que hay quienes decidieron, para toda la vida, a pesar de las trasformaciones en el mundo del trabajo, defender el trabajo y proteger la salud de las personas que trabajan por un salario.
Por esto, en el CEC sentimos orgulloso de ser parte de una de las organizaciones sindicales más importante de la provincia de La Pampa y del país.
¿Qué palabras usaría para celebrar el Día de la Empleada y el Empleado de Comercio?
En este día especial, en nuestro día, reafirmamos nuestra lucha respaldada por el diálogo y la negociación para conseguir beneficios y mejoras para nuestras familias trabajadoras. Ese es nuestro rol, debemos fortalecernos y prepararnos para reclamarle, a quien gobierne este país, que se ponga a la altura de las circunstancias. Debemos fortalecernos y prepararnos para que quienes emplean comprendan que nunca un trabajador o una trabajadora puede tener condiciones de trabajo empobrecedoras. Todo lo contrario. Por eso nos ponemos a disposición; eso sí, siempre discutiendo por condiciones de trabajo decentes. Esa es nuestra garantía y nuestro principio de representación, algo que jamás vamos a abandonar.
En definitiva, hemos logrado coincidir, hemos logrado encontrarnos y construir vínculos basados en el respeto y la confianza. Y por eso hemos podido crecer con compromiso y esfuerzo. No es improvisación. Es mucho trabajo, mucha perseverancia, mucha entrega y una gran organización. Tenemos dos misiones, la primera, cuidar y fortalecer lo que hemos alcanzado; la segunda, la más difícil, es poder persuadir a las personas más jóvenes de que el trabajo digno, de que las condiciones de trabajo decente son el único camino posible; de que percibir un salario y estar bajo un convenio colectivo no es antiguo, mucho menos es una deshonra. Por el contrario, en un país como el nuestro, es la posibilidad clara de tener oportunidades para crecer y proyectarse mientras transcurre la vida.
