Este 10 de septiembre estamos presentes para adherir a la conmemoración del “Día Mundial de la Prevención de Suicidio”. Este es un tema grave de salud pública porque cada año se cobra más vidas y el objetivo de esta jornada, que copatrocina la OMS, es demostrar que estos actos se pueden prevenir
Cada 40 segundos se suicida una persona en alguna parte del mundo; en Argentina, cada 2 horas, aproximadamente. En el 2022 hubo 3.955 casos en nuestro país. En La Pampa, según fuentes oficiales, la tasa de suicidios está dentro de los valores nacionales, con un promedio de 10,9 cada 100 mil habitantes por año.
El suicida no quiere morir, lo que quiere es dejar de sufrir. Por eso da señales. Se necesita capacitación para los profesionales de la salud, los docentes, las fuerzas de seguridad, los empleados de organismos públicos y para el público en general, a fin de que todos podamos estar atentos a aquellas señales y acompañar y contener el proceso.
También necesitamos que el sistema de salud esté a la altura de lo que nos están pasando. Hacen falta políticas públicas de prevención, intervención y posvención. En síntesis, necesitamos que se cumpla acabadamente con las reglamentaciones legales (Ley Nacional 27.130 y Ley Provincial 3.040), protocolos y recomendaciones profesionales para el abordaje de este flagelo.