En nuestros estudios de InfoPico Radio 99.9, nos visitaron el Director de Cultura, Matías Rach, el joven músico Martín Bazán y su mamá, Gabriela Gutiérrez, que pertenece a la Asociación de Madres y Padres del Ensamble de Cuerda, Vientos y Percusión. Martín fue seleccionado entre 45 músicos de todo el país y será becado: ¡un orgullo píquense!
Matías Rach hizo referencia a la inminente llegada de la Universidad de las Artes a General Pico, con sede en el Centro Cultural Maracó y la gran posibilidad de que los músicos y músicas puedan profesionalizarse sin tener que dejar su ciudad: “garantizar la accesibilidad de la educación artística era una de las prioridades cuando me tocó asumir la gestión. Hoy los y las músicas podrán continuar su recorrido musical de forma profesional”.
El director de Cultura se expresó sobre Martín y dijo que “es muy talentoso y sobre todo dedicación y constancia, que es lo que se necesita. Las frutas no caen lejos del árbol y si los chicos no tienen una familia que acompaña, no hay infancias que reaccionen como Martín y todos los y las chicas del Ensamble”.
“En Maracó se viven lindas cosas con las familias, que conviven con sus hijos; todos están unidos en los eventos y trabajan a la par. Los chicos están continuamente en el Centro Cultural entrando y saliendo, y no es solo por la gestión, sino por toda la gente que acompaña: los proyectos se logran cuando la ciudadanía se los apropia. El arte, como el deporte, son espacios de práctica en equipo y hoy es cotidiano ver a chicos por la calle con sus instrumentos”, sostuvo el funcionario municipal.
El músico de 19 años, Martín Bazán, fue elegido entre 45 personas del país para recibir una beca Marta Argerich, junto a otro píquense. El joven va a poder estudiar en su ciudad lo que le apasiona, que es la música: toca el violín y la trompeta y forma parte del Ensamble de Cuerdas y Vientos. “Poder estudiar en mi ciudad es un sueño cumplido; todavía no puedo creer haber quedado dentro de los 45 músicos de todo el país. Es algo increíble que algo que comenzó cuando tenía 8 años, que hoy se vuelva cotidiano y saber que me voy a poder dedicar a la música, es un sueño hecho realidad.
Otro rol fundamental en esta historia la tienen los padres y madres del Ensamble, que trabajan codo a codo para que sus hijos puedan cumplir sus sueños. Gabriela contó que “Martín empezó a hablar cantando y siempre supimos que su futuro tenía que ver con la música. A los 8 años nos invitan a una orquesta y lo llevamos y se enamoró de la música. En algún momento se quiso ir a jugar a la pelota, pero se dio cuenta que no era lo que quería hacer, sino la música. Nuestro sueño era poder mandarlo afuera a estudiar, nuestra situación económica no lo permitía y que hoy pueda estudiar lo que ama en General Pico, sin tener que irse lejos de su familia, es increíble. Cuando supimos que la Universidad de las Artes era una realidad en Pico, lloramos todos”, relató y agregó que “desde siempre decidimos que él tenía que vivir de lo que deseaba, aunque no fuera fácil”.
“Ser parte del grupo de padres del ensamble es hermoso por el amor que tienen para sus hijos y para los hijos de todos: somos familias que queremos lo mismo para los chicos y acompañarlos para que puedan cumplir sus sueños”, remarcó Gabriela.
