Por Norberto G. Asquini

Intendentes del PJ y JxC en tiempos de la “horizontalidad”

Intendentes del PJ y JxC en tiempos de la “horizontalidad”
8 Junio, 2023 a las 09:30 hs.
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Norberto Asquini

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Los resultados de las elecciones del 14 de mayo dejaron a las dos principales fuerzas políticas de La Pampa, el Partido Justicialista y Juntos por el Cambio, no solo en estado de debate, sino de reconfiguración interna. Y la proximidad de una nueva definición electoral, aunque no tenga tantas implicancias para la provincia, sigue revolviendo los avisperos políticos.

Estamos en los tiempos políticos que el gobernador Sergio Ziliotto llamó de “horizontalidad”, y no está errado. Los cambios ocurridos en el interior de la provincia en las elecciones pasadas impulsaron que cada intendente electo o reelecto empezara a pensar qué lugar va a ocupar en el futuro escenario.

Hubo dos movimientos en ese sentido: los intendentes peronistas que disminuidos en número (pasaron de 55 a 39) empezaron a pensar cómo fortalecerse; y los opositores (radicales, PRO y de juntas vecinales) que pasaron de 19 a 35 y que ahora quieren instalarse como bloque de poder.

Intenciones en el peronismo

El tema es cómo agruparse cuando cada intendente tiene sus intereses y pertenece a un sector político (ya sea una línea interna o un partido) a nivel provincial.

En el peronismo se sintieron “liberados” por la postura de Ziliotto ante las elecciones nacionales. E hicieron el intento por reunirse: esta semana unos treinta se encontraron en Catriló.

En el encuentro hubo dos momentos. Cuando se habló de gestión, estuvieron todos de acuerdo en que ese ámbito podía tener futuro. Cuando metió la cola la próxima elección legislativa, se rompió todo. Es que el intendente Saúl Echeveste, de La Cámpora, quería ser precandidato con el aval de todos los jefes comunales. Ya tenía el apoyo de algunos que quisieron usar el encuentro de plataforma de lanzamiento. La mayoría prefirió esperar. El apuro de Echeveste por lanzar su candidatura terminó desmantelando el grupo.

Un analista del peronismo indica que es muy difícil que los intendentes por sí mismos, y si no es ante un tema que los unifique, logren armarse. La horizontalidad les da alas para querer juntarse, pero sin alguien que los ordene (ya no que los conduzca) esa intención termina en anarquía.

Opositores en bloque

Los que quedaron envalentonados por sus triunfos en el interior fueron los intendentes de Juntos por el Cambio. Este viernes se reunirán en Victorica para empezar a mostrar músculo político y marcar la cancha ante la gestión provincial a partir del 10 de diciembre. Algunos ya adelantaron que en los próximos años quieren ser protagonistas y no simples espectadores dentro de sus fuerzas. Tal vez empiecen a mostrarlo en estas PASO, como pretenden algunos, o lo dejen para más adelante.

Ya hubo algunos adelantos de las intenciones por agruparse: los intendentes del sur, unos trece, comenzaron a ponerse de acuerdo con General Acha como eje y el intendente Abel Sabarots se reunió con los del PRO.
Hay otra dinámica en los jefes comunales de la oposición desde mayo, con coincidencias en torno a varios temas. Una es que unidos tendrán más peso para negociar frente a la gestión provincial. La otra es que son un factor de poder territorial ahora de peso y que ya no hay banca para que la dirigencia provincial imponga sus decisiones.

Muchos observan que la renovación al interior del radicalismo se tiene que dar de manera más federal con el aporte del interior. Muchos sintieron en ese sentido que el candidato a gobernador Martín Berhongaray trató de capitalizar el resultado provincial pasado como propio, desmereciendo el empuje de cada candidato a intendente que fue fundamental. También son muchos los que observan que si se reclama renovación, la continuidad de Berhongaray como diputado nacional en estas elecciones avalaría que se mantuviera 20 años en una banca (tres en La Pampa y dos en el Congreso), más allá de que esté legitimado o no. Por supuesto que desde los celestes a nivel provincial han intentado romper esta posición buscando el apoyo de algunos intendentes que les responden y que promueven la candidatura de Berhongaray.

¿Podrán los intendentes de JxC convertirse en un bloque de poder? Hay un antecedente importante que muestra que es posible. En el 2000 cuando el radicalismo tuvo también 33 intendencias surgió la Liga de los Intendentes que se convirtió en la Línea Blanca. Fue toda una novedad que rompió con la hegemonía de las líneas provinciales, sobre todo la celeste, desgastada por la crisis del gobierno de la Alianza y por la polémica gestión de Antonio Berhongaray como secretario de Agricultura de Nación. Del interior se impusieron los nuevos aires renovadores, hasta que finalmente se fueron apagando cuando se convirtieron en una nueva línea provincial.

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